La necesidad ética de crear sistemas transparentes de listas de espera para el acceso a los recursos sociales de carácter público

Imagen: César Verdúguez (diseño RTVE) Tomada de: https://www.rtve.es/noticias/20230130/radiografia-sanidad-listas-espera/2415981.shtml

¿Podrías imaginar la posibilidad de sentarte frente al ordenador, con tu certificado digital o Clave, y poder consultar en tiempo real la posición que ocupas en la lista de espera, para acceder, por ejemplo, a una Residencia o a un Servicio de Ayuda a Domicilio, que solicitaste hace meses, así como el tiempo medio aproximado de respuesta por parte de la Administración?

Esto suena bastante utópico, lo reconozco, pero qué es la vida sin orientarnos hacia lo que consideramos que sería más justo y mejor para todas las personas que componemos la sociedad. Esta herramienta sería muy útil y conveniente para quienes están esperando esa tan ansiada respuesta o acceso a un recurso público, ya que les permitiría tener un plazo estimado sobre cuánto tiempo más tendrían que esperar, según los tiempos medios de espera. Aunque parezca mentira, esto podría generar cierta tranquilidad para quién espera, ya que podría organizarse para cubrir sus necesidades mientras tanto. La incertidumbre es más lesiva que la espera propiamente dicha.

Sería un gran alivio para aquellos que están lidiando con situaciones que requieren tiempo y paciencia, como la contratación de una persona que proporcione cuidados mientras tanto, o la reorganización de todos los hijos e hijas para prestar cuidados, con una fecha aproximada de finalización de esa espera.

Además, esta herramienta también podría ayudar a las autoridades y administradores a gestionar de manera más eficiente y transparente la asignación de recursos públicos. Tendrían una visión clara de la demanda y podrían identificar posibles cuellos de botella o áreas en las que se requiere mayor atención. Esto permitiría una distribución más equitativa y eficiente de los recursos públicos, lo que beneficiaría a toda la comunidad. Sería un gran avance en la transparencia y la eficiencia administrativa, brindando un servicio más justo y satisfactorio para todos los ciudadanos. ¡Un verdadero sueño hecho realidad!

La Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía contempla diferentes objetivos para impulsar una cultura de la ética en el Sistema Público de Servicios Sociales. Esta cultura emana de una serie de valores éticos, que en la citada Estrategia se concretan en seis:

Todos los objetivos que contempla la Estrategia de Ética están organizados en cuatro Ejes:

  1. Las Personas.
  2. Profesionales, gestores y personas líderes con responsabilidades políticas.
  3. Instituciones, organizaciones y centros de trabajo.
  4. El intercambio de conocimiento y el desarrollo de la ética aplicada.

El primer Eje se dedica a las personas, y el segundo objetivo que contempla es:

OBJETIVO 2 Crear un marco de referencia para que la ciudadanía conozca y comprenda cuáles son sus derechos, al igual que los compromisos u obligaciones respecto al uso de los servicios sociales.

Para conseguir este objetivo, hay diferentes acciones planificadas, entre las que se encuentra la acción número 10, con el siguiente enunciado:

Crear y desarrollar un Sistema Transparente de Listas de Espera y Tiempo de Respuesta para el Acceso a los Recursos, con criterios claros de prioridad de acceso a los diferentes recursos, a través de la página web de la Consejería competente en materia de servicios sociales en Andalucía, es una iniciativa crucial para mejorar la eficiencia y la equidad en la provisión de servicios sociales.

Pag. 74 Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.

El valor que sustenta esta acción es la Justicia Social, también la Igualdad, de manera que se considera una acción crucial para toda Estrategia de Ética vinculada a un Sistema Público de Servicios Sociales, definidos por la Ley 9/2016, de 27 de diciembre, de servicios sociales de Andalucía, de la siguiente manera:

«Los servicios sociales son el conjunto de servicios, recursos y prestaciones orientados a garantizar el derecho de todas las personas a la protección social, en los términos recogidos en las leyes, y tienen como finalidad la prevención, atención o cobertura de las necesidades individuales y sociales básicas de las personas en su entorno, con el fin de alcanzar o mejorar su bienestar. Estos servicios, configurados como un elemento esencial del estado de bienestar, están dirigidos a alcanzar el pleno desarrollo de los derechos de las personas en la sociedad y a promocionar la cohesión social y la solidaridad.«

Exposición de Motivos (I)

La idea que trato de exponer es que sería importante permitir a las personas conocer el tiempo estimado de respuesta en el acceso a las prestaciones garantizadas del catálogo de servicios sociales, ya que están vinculadas a un derecho de protección social. Además, el objetivo es ofrecer información en tiempo real sobre las listas de espera de los diferentes recursos disponibles, brindando así la transparencia y fomentando un acceso más equitativo a los servicios.

Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía (pág. 74)

Desde este enfoque, se ofrece una visión realista de la situación en esa lista de espera, y permite que las personas puedan tomar decisiones informadas, lo que se traduce en ese ansiado empoderamiento ciudadano que tan bien desarrolla el autor Alipio Sánchez Vidal en su obra Ética Psicosocial: enfoque comunitario (2016).

La implementación de este Sistema Transparente de Listas de Espera y Tiempo de Respuesta sería un logro que beneficiaría a las personas usuarias, fortaleciendo la confianza en las instituciones públicas, a través de la publicidad de los criterios de prioridad de acceso, garantizando que aquellas personas que más lo necesiten, reciban los servicios en el momento adecuado. Esto ayudaría a reducir las desigualdades y a garantizar un acceso más equitativo a los recursos sociales.

Conocer tu posición en la lista, y cómo avanza esa lista con el paso de los días y de los meses, pero preservando la privacidad de los datos de todas las personas que forman parte del listado, al no revelar información identificativa sobre las personas que están delante o detrás del consultante, sino únicamente los últimos dígitos del DNI, tal como sucede con los listados de personas que aprueban un ejercicio de oposición para acceder a un empleo público.

Juan Luis Beltrán Aguirre tiene una publicación denominada «Transparencia en la política de priorización de pacientes para recibir asistencia sanitaria«, en el que señala que:

«En el ámbito de la asistencia sanitaria pública tiene particular relevancia para la ciudadanía todo lo relativo a las listas de espera y a los criterios que se utilizan para priorizar los pacientes y determinar su acceso y situación en las listas de espera. Las leyes de transparencia, salvo las de Navarra y Asturias de 2018, no incluyen expresamente las listas de espera en los ítems de información por materias que las Administraciones tienen obligación de hacer públicas, pero todas las leyes de transparencia y buen gobierno insisten en que, además de la información correspondiente a las materias enumeradas específicamente en los preceptos legales estableciendo las obligaciones de publicidad activa, deben publicar, además, la que tenga una especial relevancia para la ciudadanía, y no cabe duda de que los criterios utilizados en los servicios sanitarios públicos para el acceso y situación en las listas de espera al objeto de recibir asistencia sanitaria importa mucho a la ciudadanía. En concreto, por fundamentarse expresamente en el principio de transparencia y anudar los mandatos que contiene con la legislación de transparencia, merece ser citado el Decreto 59/2018, de 26 de septiembre, sobre garantía de tiempo máximo de acceso a las prestaciones sanitarias del Servicio de Salud del Principado de Asturias, información sobre listas de espera y registro de demanda asistencial.»

(Beltrán, Juan Luis, 2018, pág. 32)

La realidad es que los datos que se suelen hacer públicos a la ciudadanía responden a cifras estadísticas, pero que no sirven para autogestionar la espera de un recurso necesario. Ayer, por ejemplo, estuve ojeando la prensa en RR.SS, y le leí en el instagram del diario «La Voz de Almería que la página web del Servicio Andaluz de Salud (SAS) ya ha actualizado las listas de espera quirúrgicas y diagnósticas con datos referidos a junio de este año 2023. La actualización de estos datos responden a cifras estadísticas: 91.892 almerienses en espera de ser operados o de ser atendidos por algún especialista».

En este sentido, la actualización de las listas de espera quirúrgicas y diagnósticas es un primer paso para evaluar la situación actual, y para informar sobre la necesidad de tomar las acciones políticas necesarias para agilizar los procesos y disminuir los tiempos de espera. Pero, además, desde el punto de vista de la justicia social, es decir, el reparto equitativo y en condiciones de igualdad de los recursos, sería muy valorable que las personas pudieran consultar también en qué lugar de ese enorme listado está su solicitud, para disponer los medios para reducir la incertidumbre, y el tener que solicitar consultas clínicas para preguntar cuánto tiempo queda para ser llamado al quirófano, siguiendo con esta misma línea argumental.

Desde hace unos años considero que el acceso a los recursos públicos debería contar con mecanismos de publicidad y transparencia. Es fundamental que la ciudadanía (nosotras y nosotros) pueda tener acceso a información actualizada y veraz sobre el estado de trámites y solicitudes que realizan ante las Administraciones Públicas. En el caso específico de una persona mayor que está esperando la adjudicación de una plaza en un centro residencial, la familia necesita conocer la realidad del tiempo mínimo de respuesta, para poder organizar los cuidados de larga duración que requiere la persona.

Como decíamos, es una manera de empoderar a la población, permitiéndoles estar informados y participar activamente en la gestión de los recursos públicos.

Estos sistemas evitan tentaciones de discrecionalidad y arbitrariedad en la asignación de los recursos. Al tener un registro ordenado y actualizado de las personas en espera, se puede identificar de manera precisa las necesidades y prioridades de atención. Esto facilita la planificación, optimizando su utilización y evitando la duplicación o el despilfarro de los mismos.

Para que los sistemas transparentes de listas de espera sean efectivos, es necesario que estén respaldados por una normativa clara y transparente, que establezca los criterios de inclusión, los plazos máximos de respuesta y los mecanismos de seguimiento y control. Además, es fundamental contar con una plataforma tecnológica que permita la gestión y consulta de estas listas de manera ágil y segura.

Dice Natividad de la Red que no hay calidad sin ética, ni ética sin calidad. Con un sistema de estas características se mejora la gestión de los recursos públicos, y se puede ofrecer un servicio de calidad a las personas que lo necesitan. La sociedad es un lugar mucho más amable para todas las personas con un sistema de estas características.

Inmaculada Asensio Fernández, directora de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía.

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