Martin Seligman, nacido en 1942, es un psicólogo y escritor norteamericano que se hizo muy famoso por una serie de investigaciones sobre lo que se dio a conocer como Indefensión Aprendida. Sin embargo, los últimos años de su carrera profesional los viene dedicando a la llamada Psicología Positiva, centrada en los aspectos positivos del comportamiento humano.

Sé que la Psicología Positiva no está exenta de críticas, pues hay quienes la acusan de ser demasiado optimista o incluso de ignorar el sufrimiento humano. Sin embargo, yo no estoy de acuerdo con esta afirmación tan tajante, pues en una sociedad tan diversa como la nuestra es necesario contar con enfoques complementarios: unos que nos ayuden a abordar las heridas y el dolor, y otros que nos recuerden nuestras capacidades y fortalezas para afrontar todo lo que tenga que llegar. La Psicología Positiva no niega las adversidades, sino que nos ofrece recursos para enfrentarlas desde una perspectiva de crecimiento y, sobre todo, esperanza.

En este contexto, quiero compartir contigo las fortalezas psicológicas –también llamadas de carácter– que se pueden adquirir y/o mejorar con la voluntad personal de hacerlo, y que tratan de mejorar la vida de las personas.

Christopher Peterson y Martin Seligman, en su obra «Character Strengths and Virtues» (2004), definieron 24 fortalezas de carácter agrupadas en seis grandes virtudes universales. Estas virtudes no son arbitrarias, se basan en valores compartidos por diversas culturas y tradiciones a lo largo de la historia, y todas ellas están al alcance de cualquier persona que quiera desarrollarlas con práctica y compromiso.

Estas fortalezas pueden cultivarse y están al alcance de todo ser humano (todos podemos trabajarlas para tratar de incorporarlas) pero, de entre todas ellas, cada persona va a encontrar que hay 5 que la definen bastante y son sus capacidades más notables, y se averiguan realizando el test disponible en la web dispuesta por los autores: http://www.authentichappiness.org

Virtudes y fortalezas

Las 6 Virtudes y las 24 Fortalezas de Carácter

1. Conocimiento y sabiduría

En general, hace alusión a fortalezas de tipo cognitivo, que proporcionan al individuo la capacidad para adquirir y usar su conocimiento.

Fortaleza 1. Curiosidad e interés por el mundo.

Fortaleza 2. Deseo de aprender.

Fortaleza 3. Apertura mental.

Fortaleza 4. Ingenio, originalidad y creatividad.

Fortaleza 5. Capacidad de poner las cosas en perspectiva.

2. Coraje

Esta virtud recoge aquellas fortalezas de tipo emocional y exige fuerza de voluntad para alcanzar una meta u objetivo.

Fortaleza 6. Valor y valentía.

Fortaleza 7. Perseverancia, diligencia e integridad.

Fortaleza 8. Honestidad, autenticidad y genuinidad.

Fortaleza 9. Ilusión, entusiasmo y energía.

3. Amor y humanidad

Recoge aquellas fortalezas interpersonales basadas en el cuidado y acercamiento a los demás. Suponen una interacción positiva con las demás personas.

Fortaleza 10. Amabilidad y generosidad.

Fortaleza 11. Capacidad de amar y dejarse amar.

Fortaleza 12. Inteligencia social.

4. Justicia

La justicia engloba fortalezas cívicas que promueven una vida social comunitaria saludable.

Fortaleza 13. Sentido de ciudadanía y del deber, lealtad y capacidad para trabajar en equipo.

Fortaleza 14. Equidad y justicia.

Fortaleza 15. Capacidad de liderazgo.

5. Contención o templanza

Conjunto de fortalezas que protegen a las personas ante los excesos. Ayudan a expresar las necesidades propias de una forma moderada y teniendo en cuenta el momento adecuado para satisfacerlas.

Fortaleza 16. Perdón y misericordia.

Fortaleza 17. Modestia y humildad.

Fortaleza 18. Cuidado, prudencia y discreción.

Fortaleza 19. Autocontrol y autorregulación.

6. Trascendencia

Aquellas fortalezas emocionales que permiten establecer conexiones más elevadas, profundas y permanentes con otros.

Fortaleza 20. Aprecio de la belleza y excelencia.

Fortaleza 21. Gratitud.

Fortaleza 22. Esperanza, optimismo y visión de futuro.

Fortaleza 23. Sentido del humor y diversión.

Fortaleza 24. Espiritualidad, sentido y fe.

De todas las fortalezas, me gustaría destacar una que considero especial, ya que sintoniza mucho conmigo, y es el humor. Como afirma Alex Rovira en El laberinto de la felicidad, «el humor es el disolvente universal de las preocupaciones«. Es una forma de enfrentar la vida con optimismo, sin perder la perspectiva ni el respeto hacia los demás. El humor permite relajar las tensiones con las que nos manejamos en el día a día, y en las interacciones con los demás.

Desarrollar nuestras fortalezas no es un privilegio exclusivo ni un camino que se recorra de manera inmediata o sencilla. Es un proceso que como casi todas las cosas buenas de la vida, exige compromiso, autoconocimiento y la disposición a enfrentarnos tanto a nuestras luces como a nuestras sombras. Biológicamente, estamos diseñados para el crecimiento y la adaptación, pero esto no sucede automáticamente: requiere de un esfuerzo consciente, un “empujoncito” que nos permita salir de los lugares comunes y trabajar en edificarnos. No se trata de negar el sufrimiento ni de simplificar la complejidad de la vida, sino de reconocer que, incluso en los momentos más difíciles, contamos con recursos internos que podemos activar para superar los baches y encontrar sentido en nuestra experiencia.

De lo que se trata, es de construir tu propio mapa del tesoro desde tus fortalezas y potencialidades, para encontrar salida a las dificultades y dolores que siempre va a traer la experiencia de estar vivos.

Porque, como decía Viktor Frankl en su libro El hombre el busca de Sentido, «cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos«.

Por Inmaculada Asensio Fernández