Estamos en época navideña, lo que para muchas personas supone el acopio de un puñado de buenos momentos, de reencuentro, amor y alegría. Sin embargo, todos los años me gusta hacer mención a aquellas personas que no viven la navidad de esta manera; simplemente, como dice la youtuber Martha Caballero, para normalizar que está bien vivir estas fechas de una manera más tranquila y menos festiva. Al igual que hay muchos modelos de familia, también hay muchas familias cuyos miembros no se sienten unidos al resto, porque hay conflictos y desestructura, o incluso porque ya no queda ninguno.

La diversidad en este sentido es amplia.

Sin dramas y sin ánimo de ahondar en la pena de nadie, conviene hacer visible la realidad de todas aquellas personas que atraviesan situaciones difíciles, ya que en estas fechas parece que todo lo negativo pesa mucho más que la normalidad. Lo he leído también estos días en el perfil de instagram del director artístico y coreógrafo Rafa Méndez, que viene a compartir el siguiente mensaje:

«Si estás solo hoy, enfermo, sin trabajo y no ves futuro, ánimo y tranquilidad, todos y digo todos sufrimos esos momentos, no veas la felicidad en los demás porque nadie es inmune a nada. Sigue, no estás solo»

Rafa Méndez.

Además, todas las personas no tienen el modelo de familia feliz que representa la cultura de la Navidad, o como dice Martha Caballero, somos muchos los que no tenemos el tipo de familia que se ve en la tele en navidad. De modo que, parece que se pueden sentir en desventaja o excluidas en momentos como estos, en los que la publicidad nos recuerda que todas las familias están unidas y son armoniosas y felices: nada más lejos de la realidad.

No pasa nada. Hay un montón de familias disfuncionales y des-unidas, que nunca han tenido espíritu navideño, quizá incluso ni se llaman por teléfono para preguntar por la salud. Hay muchas personas que están solas en Navidad. Hay muchas personas que están lidiando con diagnósticos médicos complejos en estas fechas, incluso ingresadas en el hospital y con emociones desagradables, como el temor o la tristeza. Hay personas que viven en países extranjeros al suyo, lejos de sus seres queridos. Hay personas que no tienen trabajo y se sienten bastante mal -sobre todo en fechas como estas donde el consumismo está servido- y, muchas de estas personas, tienen hijas e hijos pequeños, a los cuales no podrán regalar papá noel ni reyes magos. Hay personas que están viviendo en países en conflicto, en guerra, incluso hay un buen número de personas que fallecerán en estas fechas (algunas rodeadas de sus seres queridos y otras en la más completa soledad). La diversidad puede no tener fin, por eso lo vamos a dejar aquí, en estos ejemplos.

Normalicemos toda la diversidad de situaciones que se pueden dar en todas las fechas, también en Navidad. Está muy bien cenar en nochebuena acompañado de tus seres queridos, pueden ser amistades, vecindario, incluso personas conocidas…, y también está genial cenar solos y solas: todo está bien y no pasa nada. No eres diferente, socialmente estás en la misma posición que el resto.

Parece estúpido recordarlo, pero está genial escucharlo (leerlo) cuando tu Navidad no encaja en el molde. El mundo es más grande que cualquier molde. El bienestar es más importante que el concepto de la Navidad.

Y finalizo diciendo que no estoy en contra de la Navidad, todo lo contrario. A mi me gusta la Navidad, pero también soy sensible a todas las realidades, y también he vivido navidades que no encajaban en el molde. Ahora que soy madre me es más fácil vivir la navidad a través de los ojos de mi hijo, pero todas las realidades tienen su lugar. Normalicemos.

Os deseo una navidad amable, pacífica y tranquila. Todo lo demás que lo ponga cada uno, y que lo ponga cada una.

Inmaculada Asensio Fernández.