Trabajo Social: más allá del nombre, una profesión esencial para la construcción del Sistema Público de Servicios Sociales

¿Qué es el Trabajo Social? Si le quitas lo ´Social´ te queda el ´Trabajo´ ¿Y eso del Trabajo qué es?

Hay profesiones que cuestionan la validez del Trabajo Social para ocupar puestos directivos, así como señalan que la identidad de la profesión no está clara… ya que su denominación no identifica claramente la diferencia elemental entre sus funciones y la de la educación social y la psicología, en servicios sociales comunitarios.

La Identidad del Trabajo Social

El término «Trabajo Social» fue adoptado para denominar a esta profesión debido a su enfoque hacia el trabajo directo con las necesidades sociales y comunitarias de las personas, tomando en consideración no solo la problemática específica que sufre la persona, sino observando especialmente los elementos del sistema (estructurales) que contribuyen a la falta de oportunidades para que muchas personas no puedan alcanzar una adecuada calidad de vida. Esta profesión interpreta toda la complejidad de problemas sociales y relacionales que sufren los seres humanos desde esas causas estructurales del malestar social, pero actúa sobre las consecuencias para tratar de reconducir el golpe (golpe de injusticia social). Interviene sobre las circunstancias específicas que impiden que esa persona o grupo pueda optar al bienestar, e incluso al medio-estar, que es el término empleado por Juan Antonio Sagardoy para definir esos espacios que surgen entre los momentos de euforia económica y los momentos de absoluto desencanto y crisis, justo en el medio.

Señala el sociólogo Eguzki Urteaga (2006) en su artículo “Sociología de las profesiones: una teoría de la complejidad”, que las profesiones son construcciones sociales e históricas, precipitados de conocimientos, prácticas, regulaciones e instrumentos, reconocidas por parte de sus destinatarias, de la sociedad y de las autoridades políticas. En este sentido, la denominación de la profesión de Trabajo Social refleja la evolución de la práctica desde sus inicios como intervenciones caritativas, benéficas y asistenciales, hasta convertirse en una profesión sujeta a un estatuto estructurado y reconocido legalmente, así como sujeta a un Código Deontológico profesional, tal como hemos visto anteriormente.

Siguiendo al autor Tomás Fernández García, a través de su libro: «Trabajo Social una historia global» (2015), el Trabajo Social nace en España en el siglo XX, tras casi cuatro décadas de dictadura política. La guerra civil española (1936-1939) dejó un escenario de graves consecuencias económicas, políticas y sociales. El Nacional Catolicismo se legitimó durante la época Franquista, implicando una fuerte presencia de la caridad y la beneficencia, además de la estigmatización de los colectivos más vulnerables de la sociedad (mujeres, personas homosexuales, infancia, etc.). En el año 1978 llegó la Democracia, una etapa marcada por el reconocimiento de Derechos y Libertades fundamentales, dando lugar a la construcción del Estado de Bienestar que rompió con la sopaboba y las cartillas de racionamiento en España. Pero antes de llegar a esta etapa democrática, pasaron muchas cosas que facilitaron la creación del Sistema Público de Servicios Sociales que hoy conocemos, y cuyo motor propulsor llegó de la mano del Trabajo Social, exclusivamente. Me refiero a la sistematización de la intervención social en sus primeros inicios, y a las movilizaciones sociales y políticas que fueron el germen de todo el desarrollo y reconocimiento de derechos posterior.

La memoria a veces es frágil, pero la historia está ahí y no se puede borrar.

Hasta la fecha, no existía ningún tipo de profesión orientada a la ayuda a las personas en situación de necesidad social, o de precariedad laboral, económica y familiar, hasta que surgió con fuerza una profesión ya establecida en Inglaterra (siglo XIX) y en Estados Unidos (finales del siglo XIX y siglo XX), que además se extendió a toda Europa, Estados Unidos y Latinoamérica: el Trabajo Social.

Siguiendo a Patrocinio de las Heras (2012), ya en la década de los 60 se comenzaron a crear en España las primeras Asociaciones Profesionales de Asistentes Sociales, amparadas por la Ley de Asociaciones Culturales de 1964. En 1967, nace la Federación Española de Asociaciones de Asistentes Sociales (FEDAAS), que aglutinó a la profesión en defensa de sus intereses, integrándose en la Federación Internacional de Asistentes Sociales y Trabajadores Sociales (FITS) en 1970. Ese mismo año, el Trabajo Social fue reconocido por el Consejo de Europa mediante la Resolución 67/16, que estableció importantes fundamentos teóricos para la profesión.

El 20 de agosto de 1981, se creó el título universitario de Trabajo Social, transformando las Escuelas de Asistentes Sociales en Escuelas Universitarias de Trabajo Social (Decreto 1850/1981). A partir de ese momento, la denominación oficial pasó a ser Trabajo Social. En los años 70, la profesión buscaba alcanzar el estatus de la Acción Social a nivel europeo e internacional, impulsando un proceso de “reconceptualización» de sus contenidos y a través de movilizaciones intensas que culminaron en el Congreso de Madrid de 1972, donde se identificó al Trabajo Social como “agente de cambio”.

En 1980, durante el IV Congreso de la profesión en Valladolid, se hizo público el primer Manifiesto a favor del Sistema Público de Servicios Sociales, que fue presentado a los Grupos Parlamentarios y Parlamentos Autonómicos, reafirmando el compromiso de la profesión para implantar y desarrollar los Servicios Sociales en España. Durante esta década, se aprobaron diversas leyes autonómicas de servicios sociales, y el Plan Concertado de Prestaciones Básicas, y se creó el Sistema Público de Servicios Sociales, destacando la presencia de Trabajadores Sociales.

Como se observa, el Trabajo Social como profesión ha sido fundamental para la creación y consolidación del Sistema Público de Servicios Sociales, aunque algunas personas consideren que la historia debería haber sucedido de otra manera. De hecho, durante sus primeros años de andadura, era la única profesión reconocida y ubicada en este tipo de servicios públicos, hasta que en los 90 se fueron creando los primeros equipos interdisciplinares en servicios sociales comunitarios, incorporando la Psicología en esta década de los 90 (León, J.C y Ramírez J.A, 1997), y la Educación Social, pero que tuvo que esperar hasta 1996, fecha de graduación de la primera promoción de esta titulación universitaria (Habib, M. C., 2013). En la actualidad, estas son las tres profesiones que mayoritariamente ejercen en los servicios sociales comunitarios, y siempre desde un enfoque de equipo y para atender de manera holística e integral las necesidades de la ciudadanía.

Trabajo Social: Más que Trabajo, Es Acción y Transformación Social

El término «Trabajo Social» tiene sus raíces en movimientos y prácticas históricas de intervención social y de activismo comunitario, reflejando siempre su interés en los problemas de las personas para interaccionar con su entorno, y abarcando una perspectiva amplia de situaciones que se cultivan en los diferentes contextos sociales de referencia para el ser humano que habita en ellos.

La formación de Grado en Trabajo Social incluye teoría y práctica en áreas como la justicia social, la ética profesional y las políticas sociales, así como algunas nociones básicas en psicología, sociología y derecho (Libro Blanco del Título de Grado en Trabajo Social, publicado por la ANECA en 2006). Esta diversidad de conocimientos prepara a este tipo de profesionales para comprender y abordar los problemas y necesidades que padecen los seres humanos desde múltiples perspectivas, que dicho sea de paso, es una habilidad fundamental para cualquier función directiva.

Vamos a por una definición construida por esta autora a partir de los preceptos recogidos en el Libro Blanco del Título de Grado en Trabajo Social, publicado por la ANECA (2006):

La profesión de Trabajo Social se define como una actividad profesional que se orienta a la mejora de la adaptación recíproca entre las personas, las familias, los grupos y su entorno comunitario. Utiliza teorías sobre el comportamiento humano y los sistemas sociales para intervenir en las interacciones entre la persona y su entorno, con un fuerte énfasis en los principios de los derechos humanos y la justicia social. Los y las trabajadoras sociales promueven el bienestar social, facilitan la cohesión social y apoyan a los miembros más vulnerables de la comunidad. Su labor incluye una variedad de funciones y se desarrolla en múltiples ámbitos, como los servicios sociales, educativos, sanitarios, judiciales y laborales, con el objetivo de empoderar a las personas y grupos para que puedan resolver sus problemas y mejorar su calidad de vida. Realiza la valoración de las necesidades sociales y humanas en el ámbito familiar o de convivencia, con la facultad profesional exclusiva de prescribir y aplicar los recursos sociales disponibles, siguiendo un proceso estructurado y normativamente respaldado que se adapta a la legislación específica de cada comunidad. Además, entre sus funciones destaca la labor de coordinación entre los diferentes sistemas de protección social dispuestos para la ciudadanía. Inmaculada Asensio Fernández.

De este modo, a los críticos les decimos:

La palabra «TRABAJO» implica acción y esfuerzo dedicado para abordar problemas sociales y promover el cambio social. Las y los trabajadores sociales no solo proporcionan apoyo individual, sino que también trabajan para mejorar las condiciones sociales y para abordar las injusticias estructurales de la sociedad.

El adjetivo «SOCIAL» destaca el enfoque de la profesión en cuestiones sociales, incluidas las desigualdades, la exclusión social, la discriminación y otros problemas que afectan a grupos y comunidades. Este enfoque no se limita a lo personal, sino que abarca aspectos relacionados con la justicia social y la equidad.

De este modo, la denominación “Trabajo Social” refleja el enfoque integral de este tipo de profesionales en la intervención directa con individuos, familias y comunidades para mejorar su bienestar. Las y los trabajadores sociales evalúan las necesidades sociales, económicas y las emocionales de las personas, y desarrollan planes de acción para abordar estos problemas. Su trabajo incluye la gestión de casos, la defensa de los derechos de los seres humanos y la coordinación de recursos y servicios.

Apéndice Final

Respecto a la facultad para prescribir recursos sociales, voy a realizar un inciso para recordar las palabras de otra colega y amiga, Raquel Fuentes Jiménez, quién advierte de otro campo de batalla para la profesión de Trabajo Social, y es la instrumentalización que de nuestra profesión hacen determinados representantes políticos para ganar votos, y la presión que ejercen sobre las y los trabajadores sociales en su capacidad prescriptora de recursos sociales.

Inmaculada Asensio Fernández.

3 comentarios en “Trabajo Social: más allá del nombre, una profesión esencial para la construcción del Sistema Público de Servicios Sociales

  1. Maria Aragonés González dijo:
    Avatar de Maria Aragonés González

    Buenos días, Inmaculada,

    Soy Maria Aragonés González, investigadora de la Universidad de Alicante. Estamos interesados en contactar contigo para hacerte una invitación formal como ponente desde la Cátedra SPVSS-UA, no encontramos manera de contactar, por tanto, escribo este comentario a fin de poder hacer toma de contacto y si es posible comunicarnos las coordenadas de contacto.

    Muchas gracias de antemano.

    Saludos,

    Maria Aragonés González

    • inmaculadasol dijo:
      Avatar de inmaculadasol

      Buenos días, María.

      Muchas gracias por tu mensaje y por la invitación. Estoy encantada de colaborar en lo que pueda. Prefiero no dejar mi número de móvil alojado en internet, pero puedes contactarme a través de mi correo electrónico: iasensiof@gmail.com.

      Saludos cordiales,

      Inmaculada

      • Maria dijo:
        Avatar de Maria

        Buenas y muchas gracias.

        Es lógico. Contactaré vía correo electrónico. Muchas gracias nuevamente. Estamos en contacto.

        Saludos,

        María

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