Cerrar asuntos pendientes

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Los asuntos pendientes son aquellas cosas que no hemos hecho o dicho, y que nos dejan de algún modo ligados a determinadas personas y/o situaciones. Nos acompañan, no nos sueltan. Seguimos nuestro camino pero de vez en cuando acuden a nosotros en forma de “memorias”. PESAN.

Hace unos años asistí a un taller para aprender a acompañar a las personas a morir. Se trataba de un taller vivencial para integrar la muerte, dado que nos guste o no, forma parte de la vida. Hubo un aspecto muy importante que descubrí mediante la asistencia a este taller, y es que las personas, cuando se encuentran cercanas a la muerte, desean cerrar o “poner fin” a experiencias vividas. Como señala Alicia Salinas Lamadrid en su libro “Acompañar en la enfermedad, el dolor y la muerte” <<cerrar asuntos pendientes no se refiere solamente a asuntos materiales, sino también a aspectos internos de la persona, sobre todo a la expresión de emociones y pensamientos nunca dichos en relación con las personas o cosas>>.

En este tipo de trances, se da el caso de la señora de 75 años que en su lecho de muerte se encuentra balbuceando el nombre de su primer amor, con el que no pudo materializar su sueño. O el señor de 82 años que en sus últimos momentos solloza llamando a su hermano, al que hace más de 40 años no ve tras aquella discusión familiar que, a fecha de hoy, probablemente ambos valorarían de absurda.

«Felices y sabios aquellos que se empeñan en ser en esta vida tal como les gustaría ser en el momento de su muerte. Empéñate en vivir así ahora para que la muerte te encuentre feliz y sin miedo».

T. Kempis.

Los asuntos pendientes nos muestran algo muy valioso: qué limitaciones hemos tenido para abordar todo aquello, y qué limitaciones tenemos ahora, en este momento presente, para zanjar el tema en nosotr@s y seguir caminando, con la cabeza bien alta y el corazón tranquilo. Digamos que en términos académicos, harían referencia a las lecciones de vida por las que hemos pasado de puntillas, o directamente no hemos aprendido.

Estamos en la escuela de vida, donde hay lecciones fáciles y difíciles. Obvio que tod@s preferimos sacar buena nota en todas ellas, aprobar a la primera e ir parejos a nuestro curso, según la edad… pero al margen de esa necesidad egótica, lo importante es que el paso por cada una de esas lecciones o etapas vitales, nos ayude a rescatar lo mejor de nosotr@s mism@s, a verlo con claridad, y a integrarlo para que nos haga más agradable y lúcida la experiencia de estar aquí.

Siguiendo a Alicia Salinas Lamadrid, estos serían algunos asuntos pendientes típicos:

  • Revisión de la propia vida: volver tu mirada al camino andado.

  • Plantearte qué te gustaría repetir si volvieras a vivir de nuevo, y hacerlo.

  • Enumerar las tareas que quieres terminar: escribir un libro, terminar un proyecto, plantar un árbol, poner por escrito tus enseñanzas, etc.

  • Hacer un recuento de las tareas que has concluído: logros, fracasos, formas de afrontar los problemas, etc.

  • Enorgullecerte por tus propios logros y agradecerlos.

  • Sentir que has dado lo mejor de tí mismo, en el caso que no lo hayas hecho, ver de qué manera lo puedes compensar ahora.

  • Pagar las deudas que necesitan ser saldadas.

  • Si creaste algún problema, aclararlo.

  • Expresar aquello que no se expresó, o hacer aquello que no se hizo.

  • Enfrentarse con conflictos no resueltos, reconociendo que cuando reaccionas negativamente ante una persona o ante algo, se trata de un asunto pendiente propio y necesitas tomar cartas en el asunto.

  • Trabajar los resentimientos para liberarlos.

  • Perdonar.

  • Reconciliarse con las personas, el pasado… la vida.

  • Liberar a los demás del cordón que ata, sujeta y esclaviza. Dejar de manipular y dar a cada quien la responsabilidad sobre su propia vida.

  • Etc.

Sin embargo hay un aspecto muy valioso en la revisión de estos asuntos descritos, y es que estemos cercanos a la muerte o no, siempre es más cómodo viajar ligero de equipaje, con lo cual en cualquier momento de nuestra vida podemos pararnos (que equivaldría a dar un repaso a la lección) y valorar lo que no hemos concluído, con el objetivo de hacer algo con eso.

«La paz es la lectura de un rostro cuando las cosas han recibido su sentido y su lugar».

Antoine Exupery.

Si la vida es un camino… ¿A quién deseas abrazar cuando llegues a la meta?

La respuesta es muy sencilla: la meta eres tú. 

self

Autora: Inmaculada Asensio Fernández

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