– Ring, Ring, Ring…
A -Hola ¡Cuánto tiempo sin saber de ti! ¿Cómo estás?
B -Justamente estaba por llamarte. Llevo un montón de días acordándome de ti…
A -Siempre que te llamo me dices lo mismo (risas).
B -Es que no paro ni un segundo, me faltan horas en el día.
A-No pasa nada. A ver si nos vemos.
B -Si, claro. La semana que viene te llamo y echamos un café.
Y pasa una semana, y dos y tres… y nunca más se supo (…).
Diálogo de la ausencia.
¿Qué es lo que pasa con algunas relaciones de amistad en las que nunca hay tiempo para un café?
La verdad es que las exigencias que plantea la vida a unas personas y otras no es la misma, y esto es una realidad que hay que contemplar con mucha tolerancia y respeto. Sin embargo, hay personas con las que casi nunca es posible programar un encuentro. Te las tropiezas por la calle y te saludan afectuosamente, las llamas por teléfono y siempre dicen que llevan días acordándose de ti, que justamente estaban por llamarte… pero la realidad es que no lo hacen.
La amistad es un punto de encuentro entre dos o más personas donde se produce un intercambio de afecto, conocimiento, alegría, penas, risas… y lo que mayormente caracteriza a este intercambio es que se da desde la más absoluta y auténtica libertad, en un clima de intimidad y confianza. No caben, por tanto, reproches para las personas que libremente deciden ocupar su tiempo en menesteres en los que nosotros no estamos presentes, pues el tiempo y la energía son limitados, y son muchas las ocasiones en las que nos vemos forzados a priorizar entre un amplio abanico de opciones.
Las relaciones no se mantienen fácilmente en el silencio y la distancia
Una cosa es que tus amistades no tengan todo el tiempo del mundo para compartirlo contigo, ni en todas las ocasiones que tú lo deseas; y otra muy distinta es que esa persona a la que siempre llamas, aunque sea cada “X” meses, nunca tenga tiempo para echar un café contigo. Tenemos que asumir que la falta de tiempo para compartir con los amigos puede provocar un debilitamiento progresivo de las relaciones, pasando de ser amigos a conocidos, es decir, personas con las que te cruzas y saludas con afecto, pero con las que la intimidad y la confianza pierden su lugar.
Es difícil –salvo algunas excepciones muy concretas, que una relación de amistad se mantenga a lo largo del tiempo cuando no se da el contacto, ni se encuentra la forma de programar un encuentro de manera natural con la otra persona. La calidad de las relaciones disminuye, llegando en muchos casos a la desaparición de esa amistad, aunque sea sin malos rollos.
Llegar a una situación de mutuo desinterés puede ser una consecuencia natural de esa falta de contacto y de intimidad con la otra persona. Las relaciones se enfrían… ¿O son las personas las que se enfrían?
En el equilibrio está la virtud
También hay veces que andamos enfrascados en una vida llena de obligaciones y responsabilidades de todo tipo, con frecuencia laborales, familiares, etc; o incluso inmersos en problemas que no sabemos cómo resolver y que nos alejan de las personas a las que queremos. Y como dice Bucay en el vídeo que os dejo al final de la entrada de blog: “Uno siempre está lleno de cosas para ordenar, pero siempre hay un lugar para compartir un cafesito con sus amigos”
Puede ser bueno encontrar la forma de repartir nuestro tiempo de manera equilibrada, sin olvidar que al cariño de los amigos hay que cederle un espacio en nuestra vida para que tome lugar y fuerza, pues si hay algo verdaderamente valioso es contar con personas cercanas con las que compartir lo que somos, con la posibilidad de construir nuevos diálogos, nuevas formas de ver la vida, y de entender las cosas que nos suceden… por no hablar de lo importante y saludable que es contar con una buena red de apoyo que nos dé soporte cuando atravesamos por una situación difícil, de esas que se atraviesan unas cuantas veces en la vida y en las que se agradece el calor y la cercanía de los demás.
El valor de la amistad se recoge en textos de todo tipo, así como en la música y el cine (…). Incluso recurriendo a la sabiduría popular, dice el refrán que “quién tiene un amigo tiene un tesoro”, ensalzando el valor de la auténtica amistad.
Y tú que estás leyendo esto: ¿Tienes lugar para compartir un cafesito con tus amigos?
VIDEO de Jorge Bucay – Prioridades
https://www.youtube.com/watch?v=SlvovXujnG4
Autora: Inmaculada Asensio Fernández
Como siempre Inmaculada, tanto el tema tratado como la profundidad que le dedicas a los temas sociales, nos llega dentro y profundo. Gracias sinceramente, por los cafés compartidos, o los tés, es decir, por la amistad brindada, por el contacto, que aunque temporal, ha sido de una gran calidad. Un abrazo.
Eladia, no puedo más que darte las gracias. Por tus palabras, por esos cafés y tés y por esa sabiduría que siempre has compartido conmigo. Te mando un abrazo fuerte, con el corazón.