
Foto tomada en Londres el 06/12/2016
Esta semana pasada he visitado Londres y me ha sorprendido el elevado número de españoles que están trabajando alli, en busca de una vida mejor… con trabajo y con ´cuartos´ para establecerse de manera independiente. Lo que no me ha quedado tan claro es que la rutina de estos compatriotas sea satisfactoria o feliz, pues aunque están agradecidos de tener una oportunidad, también reconocen que no es oro todo lo que reluce, y no es abundancia y bienestar todo lo que rodea sus condiciones de vida, pues el que más y el que menos tiene dos o tres trabajos para llegar a fin de mes.
Qué duda cabe que es de agradecer que haya países que ofrezcan la posibilidad de labrarse un porvenir a aquellos jóvenes que no han encontrado un empleo en España, a pesar de tener titulitis crónica, y a pesar del dolor que supone separarse de la propia cultura, del abrazo de quién nos ama y del entorno que nos vio crecer.
Y aún con todo ello, bienaventurados los que abandonaron el hogar familiar y marcharon para encontrar un presente mejor, pero de verdad.
Peor suerte corren otras personas que emigran, por ejemplo desde África a Europa, para ser recibidas a puerta fría, sin trabajo, sin casa, sin nada que echarse al buche y con discursos cargados de reproches y críticas hacia ellas.
¡Vienen a robarnos el trabajo! ¡Nos quitan las ayudas! ¡A ellos les dan viviendas gratuítamente!
¿De verdad hay personas que piensan que emigrar es un camino plagado de rosas para la mayor parte de las personas? Tengo mis dudas (en realidad lo niego).
Por ejemplo, el alquiler de una vivienda supone para un español en Londres la mitad del propio sueldo, la mayor parte de las veces, y no penséis que las viviendas se encuentran en zonas de postín, todo lo contrario, más bien alejadas del centro y compartidas con otro buen número de personas extranjeras. Los trabajos, además, suelen tomar una distancia de punta a punta, lo que teniendo en cuenta las distancias en Londres, eso supone pasar todo el día fuera de esas cuatro paredes que tanto cuesta pagar…
No hablaremos aquí de las dificultades relacionadas con el aprendizaje de un idioma, ni lo desagradable que puede llegar a ser sentirse rechazado por otros, simplemente por no pertenecer a un país próspero y con posibles, o por no haber crecido bajo la misma cultura.
Que conste que me encanta viajar, y que me encanta Inglaterra, pero no soy ajena a las dificultades que atraviesan muchas personas que abandonan España por no tener un presente, pues del futuro ni hablamos.
Pues lo dicho, ´en Londres los españoles atan perros con longanizas´.
¿Os queda claro?
Autora: Inmaculada Asensio Fernández
Buena reflexión Inmaculada, viajar es también y ante todo conocer cómo se vive y cómo se gana la gente la vida, es conocer el lugar, con su paisaje humano. Londres es una ciudad sorprendente y maravillosa, pero como muchas otras y como mucha gente, con prejuicios hacia los migrantes, justamente hacia aquellos que necesitan para que realicen los trabajos más duros o indeseables, pero necesarios. Nos suena de algo?.
Un beso amiga, y sigue publicanfo tu conciencia social.