¿En qué consiste la Auditoría Ética aplicada a los servicios sociales?

La Auditoría Ética es una herramienta de autodiagnóstico ético creada por el norteamericano Frederic G. Reamer. Se dice que es de autodiagnóstico porque es una autoevaluación que realizan en conjunto de profesionales que trabajan en un centro de trabajo, y se toman como referencia 17 áreas de riesgo ético directamente relacionados con la prestación de servicios sociales. Cada una de estas 17 áreas se subdividen en ítems específicos que serán evaluados por la plantilla, y de cada área se evaluarán las políticas que dispone la organización para cada una de ellas, también los procedimientos para cada una de ellas, y cómo son las prácticas de los propios profesionales en cada una de ellas.

Estas áreas son:

  1. Derechos de las personas usuarias.
  2. Confidencialidad y privacidad.
  3. Consentimiento informado.
  4. Prestación de servicios (intervención profesional)
  5. Límites apropiados en las relaciones con las personas usuarias y conflictos de intereses.
  6. Documentación.
  7. Informaciones de carácter difamatorio o injurias.
  8. Informes de las personas usuarias.
  9. Supervisión profesional.
  10. Formación y actualización de profesionales.
  11. Consultas a otros servicios/ profesionales.
  12. Remisión y/ o derivación de casos a otros servicios.
  13. Negligencias y fraude.
  14. Finalización de los servicios y abandono de la intervención profesional con las personas usuarias.  
  15. Evaluación e investigación.
  16. Incompetencia de los y las profesionales o mala práxis profesional.
  17. Toma de decisiones éticas.

Reamer resume la utilidad de la Auditoría Ética en que ayuda a identificar posibles riesgos éticos, y permite a su vez revisar y asegurar la adecuación de las políticas, procedimientos y prácticas habituales de trabajo, de cara a diseñar una estrategia para modificar, en caso de considerarse necesario, esas políticas, procedimientos y prácticas, a través de la implementación de un plan de acciones correctoras.

La sistemática a seguir en la siguiente:

  • Se presenta el proyecto al conjunto del centro de trabajo.
  • Se forma a la plantilla de trabajadoras y trabajadores en ética aplicada a los servicios sociales.
  • Se crea un grupo promotor de la auditoría ética.
  • Se administra un cuestionario organizado en 17 áreas de riesgo ético, privado y confidencial, que mide el nivel de riesgo ético presenta en la actualidad esa organización respecto a esas áreas.
  • Se tabulan los datos y se extraen los porcentajes de riesgo ético por cada área (en las políticas, procedimientos y prácticas de trabajo) y se verá si presentan un riesgo grave, moderado, o leve.
  • Todos los riesgos graves requieren de un plan de acción, por este motivo el siguiente paso es mantener reuniones con el grupo promotor (que es una muestra representativa del centro de trabajo) para que puedan expresar en el desarrollo de un grupo focal qué creen que sucede en cada una de esas áreas para haber obtenido una puntuación de elevado riesgo ético. De todo ello se toma nota, pero siempre respetando el anonimato de todas las manifestaciones y comentarios.
  • Se elabora un plan de acciones correctoras que se presenta a la Dirección- Gerencia de la entidad/ centro de trabajo, especificando en ese plan (con la ayuda del grupo promotor) qué tipo de acciones serían necesarias implantar para mejorar la ética de la organización). En ese grupo promotor deben estar representados diferentes perfiles profesionales y niveles dentro de la organización, para que tenga representatividad respecto al punto de vista de los y las profesionales en activo de ese centro.

Inmaculada Asensio Fernández.

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