Justicia Social: Un Monstruo viene a verme

Érase una vez un mandatario que definió la justicia social como un «monstruo horrible y empobrecedor», una aberración que violaba la igualdad ante la ley al redistribuir recursos de manera forzosa. En su narrativa, los impuestos eran robos a mano armada, y cualquier intento de equilibrar la balanza social era una forma de violencia.

Imagen creada con Dall-e

El Futurista y la Trampa del Neoliberalismo

En su reciente discurso en la Comunidad de Madrid, el presidente argentino Milei desplegó su narrativa futurista, llegando a afirmar que él viene del futuro. Esta declaración podría ser tomada como una mera anécdota excéntrica, pero a la luz de sus propuestas, resulta más preocupante que humorística.

Para aquellos que recuerdan el titular de El Mundo el 8 de septiembre, en el que un hombre aseguraba venir del año 2714 y auguraba catástrofes y superpoderes solares atribuidos a ocho personas elegidas…, resulta que la historia de este mandatario argentino no resulta tan novedosa. La diferencia radica en que, lejos de hablar de hecatombes y superpoderes solares, nos propone un futuro donde la compasión y la justicia social son enemigos a derrotar.

La Utopía Distópica

En su discurso, se nos invita a abrazar un futuro donde el éxito y la autosuficiencia son las únicas métricas de valor humano. Según esta visión, debemos mirar hacia otro lado ante la pobreza, la violencia y el maltrato incapacitante, la discapacidad y la enfermedad, por poner algunos ejemplos de evidente desventaja social, pues en nuestra libertad de elección está el derecho de rechazar a quienes no han alcanzado el éxito social.

Mientras tomamos «una cervecita» para digerir estas ideas, nos encontramos con que arremete contra la premisa de «donde hay una necesidad hay un derecho«, calificándola de falacia de la «casta». Según su lógica, las necesidades son infinitas, los recursos finitos, y los derechos un lujo que alguien debe pagar.

Denuncia la porosidad y la corrupción en el manejo de los fondos públicos, resultando irónico que omita mencionar su propia posición como personaje político. Esto da que pensar.

La solución que propone, simplista por un lado y radical por otro, es la libertad absoluta del capitalismo, donde la propiedad privada y el éxito profesional son los pilares del progreso.

La Trampa de la Libertad Absoluta

Concluye su discurso llamando a abrazar la «LIBERTAD PRIVADA», el «CAPITALISMO», el «TRABAJO DURO» y el «AHORRO». Sin embargo, su visión de libertad es, en realidad, una trampa. Promueve un sistema donde el pez grande se come al chico, y donde la meritocracia está sesgada a favor de quienes ya poseen ventajas estructurales. Además, todos sabemos cómo las familias más aventajadas logran perpetuar su fortuna, asegurando que sus hijos e hijas hereden esa suerte.

Este modelo no solo perpetúa la desigualdad, sino que también ignora las complejidades de la sociedad moderna, donde las circunstancias de vida de cada individuo no pueden ser reducidas a simples elecciones personales. No todo se consigue a base de esfuerzo, trabajo y ahorro. Es necesario sembrar un poco más, pues hay personas que están fuera de los parámetros habituales de desarrollo productivo, no por vicio o dejadez, sino porque enfrentan verdaderas limitaciones. Ignorar esta realidad es tan ingenuo como cruel, y perpetúa un ciclo de exclusión que beneficia a unos pocos privilegiados a costa de muchos.

Conclusión

El discurso de este mandatario, con su retórica futurista y sus promesas de un capitalismo salvaje, puede parecer atractivo para algunos. Sin embargo, es muy importante leer entre líneas y cuestionar las implicaciones de estas propuestas para la construcción de una sociedad solidaria, tolerante y grande, en la que quepamos todas las personas. En un mundo donde las desigualdades están cada vez más marcadas, necesitamos más justicia social, no menos. Necesitamos políticas que promuevan la equidad y la solidaridad, no la indiferencia y la exclusión.

A medida que avanzamos hacia el futuro, el de verdad, no el de las películas, debemos recordar que nuestra humanidad se define no solo por nuestra capacidad de tener éxito, sino también por nuestra capacidad de cuidar de los demás.

¿Qué es una sociedad que no cuida?

Como dice el filósofo Joan Canímas i Brugué, el cuidado debería ser un derecho humano más a incluir en la siguiente versión de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Y desde esta visión del cuidado, la justicia social no es un monstruo, sino una brújula que nos guía hacia un mundo más justo y compasivo.

Inmaculada Asensio Fernández.

4 comentarios en “Justicia Social: Un Monstruo viene a verme

  1. ALF dijo:
    Avatar de ALF

    Buen artículo he de decir, aunque no lo llamaría artículo, en realidad es un cartel gigante de AVISO, de PELIGRO, de esos que encontramos en ciertos lugares y nos advierte de un mal desenlace en caso de insistir en pasar, nadar, cruzar, o probar.

    Tengo la sensación que el ser humano moderno está tan aburrido con su electrónica dedicada al entretenimiento y «malinformación», y está haciendo caso omiso a este y otros AVISOS, del peligro que rodea a las sociedades actuales de seguir insistiendo en probar a ver que pasa con las medidas «liberadoras» que tanto y tan vehementemente promocionan los mesías del futuro que añoran la divina desigualdad del pasado, como modelo garantista de la prosperidad, su prosperidad y especialmente la de sus pagadores.

    Es curioso la asombrosa disponibilidad de películas que tratan el tema de un futuro distópico en las que podemos ver como el grande, el fuerte, el poderoso y privilegiado de nacimiento somete a su voluntad al resto de la sociedad. Los no pertenecientes a ese círculo están condenados a la supervivencia, y por mucho que trabajen y ahorren jamás serán admitidos en la sociedad del poder, como mucho y con suerte solo serán alzados un escalón por encima de la chusma, alguien tiene que controlarlos.

    Y a pesar de verlo en uno y otro título fílmico, solo alcanzamos a pesar que se trata de un argumento de película. Un argumento si, pero nacido de la mente de humanos, y ya sabemos lo que se dice de la capacidad que tenemos de generar aquello que somos capaces de imaginar.

    Para acabar, volver a insistir en lo valioso de tu texto para toda aquella persona que quiera leer y reflexionar.

    Solo señalar que «Ignorar esta realidad es tan ingenuo como cruel, y perpetúa un ciclo de exclusión que beneficia a unos pocos privilegiados a costa de muchos.», tienes mucha razón en lo de cruel, pero no es para nada ingenuo, para la élite y los mesías de la élite, «las personas que están fuera de los parámetros habituales de desarrollo productivo,» son prescindibles y por supuesto inferiores.

    • inmaculadasol dijo:
      Avatar de inmaculadasol

      ¡Hola ALF! Gracias por tu comentario, tan detallado y reflexivo. Aprecio mucho que te hayas tomado el tiempo de leer y analizar el artículo con tanta profundidad, y que te hayas lanzado a compartir observaciones e ideas, son muy valiosas y oportunas.

      Es interesante tu percepción de que el artículo funciona como un «cartel gigante de AVISO, de PELIGRO». Me parece una metáfora muy bien traída aquí, y que refleja precisamente la intención de alertar sobre las consecuencias de no reflexionar sobre el trasfondo de todos estos discursos que pretenden dilapidar el valor de la dignidad de todos los seres humanos, sustentado en la justicia social.

      Coincido plenamente contigo en la preocupación sobre cómo la modernidad y la tecnología pueden, paradójicamente, distraernos de estos peligros reales. La «malinformación» y el entretenimiento superficial están a la orden del día, y a menudo nos mantienen ocupados mientras se toman decisiones que afectan profundamente nuestro presente y nuestro futuro (el de verdad).

      Tu reflexión sobre las películas distópicas y su relación con la realidad es también un Hit que no podemos des-oir. Estas narrativas nos muestran un espejo oscuro de lo que podría suceder si seguimos en el camino de la desigualdad y la opresión. Y, como bien dices, lo que podemos imaginar, podemos llegar a materializar, para bien o para mal.

      Finalmente, respecto a tu comentario sobre la crueldad y la no ingenuidad de la exclusión perpetuada por las élites, tienes toda la razón. Es un ciclo consciente y deliberado que beneficia a unos pocos a expensas de la mayoría. Reconocer esta realidad y hablar de ella es un primer paso para cambiarla.

      También me gustaría resaltar cómo, tristemente, algunas personas a las que apreciamos muchísimo en lo afectivo y personal, también pueden verse seducidas por estos discursos aporofóbicos, a menudo disfrazados de soluciones simples a problemas complejos, y que pueden apelar a los miedos y frustraciones de muchos. La psicología social ha demostrado que, en tiempos de crisis, la gente busca chivos expiatorios y soluciones rápidas, lo que explica por qué los discursos de odio encuentran terreno fértil. Es esencial que, como sociedad, trabajemos para educar y concienciar a estas personas, mostrándoles los peligros de tales ideologías y promoviendo el diálogo y la comprensión, y sobre todo a nuestros hijos.

      Gracias nuevamente por comentar el foro. Es la primera vez que te leo por aquí, y me ha parecido un enfoque muy interesante.

      Mantengámonos vigilantes y críticos frente a las estructuras de poder que buscan mantenernos divididos y sometidos.

      Un abrazo.

      Inmaculada.

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