Amor. Recuperación de los vínculos. Creación de redes informales de apoyo.
Este es un sueño que tengo desde hace tiempo, y que me gustaría compartir con vosotr@s.
Los Centros de Protección de personas menores de edad son establecimientos muy útiles y necesarios cuando las redes naturales de apoyo de las personas no funcionan, es decir, la familia. Estos centros son adecuados cuando hay un grave riesgo para la integridad (física o psicológica) de las personas menores dentro de sus propias familias.
Antiguamente este tipo de centros se constituían en macrocentros, totalmente despersonalizados, donde a cada menor se le asignaba un número a su ingreso para distinguirlo del resto, y así marcaban su ropa y objetos de su propiedad. Lógicamente la atención que podían recibir los niños y niñas en un centro de estas características era muy escasa, y totalmente limitada a cubrir las necesidades básicas de alimentación, vestido, “cierta” supervisión educativa -por decirlo de algún modo- y poco más.
Estos centros cumplían con la función social de salvaguardar la vida, de proteger a aquellos más vulnerables, sin embargo no facilitaban la adquisición de lazos afectivos, ni siquiera entre los miembros de una misma familia (a veces incluso los separaban). Yo conozco algunos casos de personas que hoy tienen más de 60 años y que fueron separadas de sus hermanos, primos, etc; tampoco promocionaban las relaciones sociales, más allá del interés particular del propio individuo, de manera que la persona, una vez cumplía la mayoría de edad, no contaba con una red de contacto y apoyo informal… Sin embargo el centro “de protección” si que cerraba sus puertas para ella.
Hoy día parece que hemos superado este concepto de macrocentro, aunque -dada la coyuntura económica- el miedo de muchos profesionales de lo social es que la tendencia se encamine hacia gestionar con menos dinero, expuestos a la privatización más competitiva y menos humana, con criterios absolutamente empresariales. Si se promueve atender a más personas con menos dinero y recursos… la tendencia inexorablemente será hacia la vuelta al macrocentro. Puede que en términos económicos sea más rentable, pero desde luego no en términos sociales. Paradógicamente nos preocupamos por los derechos humanos, pero no nos preocupamos por las personas.
Sin embargo, hoy no quiero quedarme en la crítica, sin más. Mi sueño es ir más allá de la cobertura de las necesidades básicas, más allá de proporcionar seguridad y protección. Y al hilo de esto, se me ocurre plantear unas cuantas preguntas: ¿Qué sucede con la gestión de los afectos? ¿De qué manera estos centros se aseguran de que las personas menores de edad reciban amor?
Por todos es sabido que el AMOR es capaz de “mover montañas”… es capaz de impulsarnos, de animarnos a actuar para buscar de lo que necesitamos, de proporcionarnos amor propio o autoestima, de generarnos salud, de generar mecanismos de autoprotección y protección hacia los demás, etc.
Y sigo preguntando: ¿Qué tipo de sociedad queremos? Esta última pregunta sería para tener en cuenta por aquellas personas que deciden dedicarse a labores de gestión, dirección y atención en este tipo de centros.
ESTE ES MI SUEÑO
Yo apuesto por una metodología pedagógica basada en el AMOR. Estos serían los tres pilares fundamentales a desarrollar dentro de esta metodología:
UNO: Educación en valores. Educación en el valor del AMOR. Expresiones de afecto materializadas en abrazos, en la transmisión de palabras o mensajes afectuosos y mediante el reconocimiento de todo lo bueno que esa persona tiene y puede dar a los demás. Todo ello desde el respeto más profundo hacia las características personales de cada niño y niña. Yo soy de esas trabajadoras sociales que piensan que muchos niños y niñas pueden sobrevivir a la pobreza más extrema, pero ningún niño o niña puede sobrevivir a la falta de amor.
DOS: Reconstrucción de vínculos. La reconstrucción de la propia historia es importante, sobre todo cuantos menos años tiene el niño o niña que ingresa en un centro. Rescatar aquellos momentos más importantes y significativos de su vida en el centro, y fomentar que la persona menor de edad pueda conocer y elaborar su historia, teniendo en cuenta a los miembros de su familia, entendiendo el lugar que él o ella ocupa en el árbol genealógico, de manera que de sentido a su vida. Esto no quiere decir que tenga que mantener contacto con la familia de origen, si el proyecto de intervención lo desaconseja; simplemente se trata de crear los espacios para hablar con libertad de su familia, y de este modo permitirle crear y guardar dentro de sí las imágenes de esos miembros, que son los que proveerán al individuo de esos padres internos con los que convivirá siempre. El sentimiento de pertenencia al grupo original da sentido a la propia existencia, más allá de que en algún momento de la vida se decida o no tener contacto con los miembros de la propia familia.
TRES: Creación de redes informales de apoyo. Los y las trabajadores sociales tenemos una importante función de promoción de las relaciones sociales, más aún debería serlo en centros de este tipo. Los y las personas menores de edad algún día crecerán y será muy positivo para ellos y ellas el contar con alguien con quien mantener contacto y, en caso de necesitarlo, apoyarse. Todas las personas del planeta estamos conectadas y funcionamos en red (sobre todo ahora con internet) así que promover y trabajar aún más la adquisición de vínculos, dentro y fuera del centro, es lo más positivo y adaptativo al medio.
«Si una persona ha sido privada de amor, lo único que la puede salvar es el amor».
Autora: Inmaculada Asensio Fernández
Muy bueno Inma, que bonito contenido y que bien lo expresas. QUe te veo con ganas de trabajar, eh. Pues adelante. Inma, tengo muchas ganas de que nos veamos, y charlar largo y tendido de nostras. A ver cuando quedamos, no podemos dejarlo mas.. Un abracico. MArga.
Date: Sun, 26 Jan 2014 19:30:17 +0000 To: marga.mora@hotmail.com
Por desgracia, pertenecemos a una sociedad que está muy poco comprometida con la educación de sus miembros. Finalmente la educación es una forma de Amor. Es muy importante que voces como las vuestras reclamen algo más que calidad en los servicios para adentrarse en las verdaderas necesidades de las personas, en este caso de los menores. Un abrazo
Gracias Ignacio. «Adentrarse en las verdaderas necesidades de las personas…». Me gusta.
Hola Bonita,
Muchas gracias por compartir tu sabiduría, tus conocimientos, tus experiencias. Sabes que yo no trabajo directamente en lo social, pero si que trabajo con personas, así que tus publicaciones me enseñan muchas cosas que puedo aplicar en nuestras actividades. En realidad, todo esto es aplicable por cualquier persona en cualquier momento…quién no se ha sentido falt@ de amor en algún momento? quien no percibe esa falta de amor generalizada en nuestra sociedad? yo si, lo percibo y me encantaría que tod@s nos preparáramos para compartir un poco más de esa fuente inagotable que tod@s llevamos dentro, que es la capacidad de amar. Gracias! Besos. Silvia
Hola Silvia!
Tú sabes perfectamente el funcionamiento de un centro de protección desde dentro, pues fuiste educadora en uno de ellos. Te recuerdo muy bien en aquella época (hacen ya unos años) tu dedicación y tu actitud crítica ante las cuestiones que no funcionaban, y de aquella actitud crítica, de tu capacidad para amarlos (aún con todas sus dificultades de comportamiento) y también -como no- de tu arrojo también yo aprendí.
Gracias compañera!
La idea es perfecta. A ver si se te considera en la instancia adecuada y se impone como único escenario posible en estos centros. En otros ámbitos, a ver si la peña toma nota. Tan rentable es darlo como recibirlo. Debería probarlo todo el mundo. Que te lean, Inma, que te lean. A difundirlo. Un beso, preciosa.
Gracias Agueda, eres un amor.
Y si, que me lean y que lo apliquen. Se bien sobre este tema y he conocido de cerca muchos casos y situaciones relacionados con lo descrito. Un abrazo!
!! Me encanta !! Lo comparto!! y como Trabajadora de «campo» lo he visto. Los niños y niñas pueden vivir en la pobreza pero sin amor no. Gracias Inma por tus aportaciones
Gracias Isabel, me alegra compartir ese punto de vista con mis colegas de profesión. Un abrazo
Hola Inma, buenos días.
Si desde cualquier puesto de trabajo o colectivo al que nos dedicamos, planteamos como base el amor, los resultados serían espectaculares.
Gracias por encender la mecha.
Corroboro tu teoría, pues mi método de trabajo durante cuatro años en una residencia de personas con discapacidad psíquica, ha sido el amor y la educación en valores. (Estas personas no tenían familia o habían fallecido).
PD: Nos conocimos en el congreso de Marbella. ¡Me encanta tu blog!.
Un saludo fuerte, fuerte.
Compañera Inmaculada, cómo me alegro de que hayas tenido la oportunidad de trabajar en primera persona lo que reflejo en esta entrada de blog. Este articulo lo he escrito con un cariño especial, pues he tenido casos muy cercanos y muy queridos que han vivido la experiencia de crecer en un centro de protección. Considero que EL AMOR es lo único que puede salvarnos en condiciones dificiles, eso y la búsqueda de sentido -como decia Viktor Frankl.
Agradezco tus palabras.
Espero verte de nuevo, compañera.
Hace tiempo que añadí este blog a mis «favoritos» y me sigue gustando como el primer día.
Eso viniendo de un profesional como tú, tan exigente, es un gran cumplido. Gracias Jesus. Un abrazo muy fuerte.