Debra London, M.D. london.debra@gmail.com http://www.rightbrainpsychiatry.com
Inspirado de manera amplia en el artículo titulado «Perspectivas budistas y psicológicas en las emociones y el Bienestar», que ha sido tomado como referencia principal, voy a tratar de explicar cómo The Work puede trabajar utilizando un marco budista y neurobiológico.
Este artículo surgió de reuniones con el Dalai Lama sobre las emociones destructivas.
Está escrito por Paul Eckman, Richard J. Davidson, Mattthieu Ricard, y B. Alan Wallace.
( http://www.investigatinghealthyminds.org/pdfs/EkmanBuddhistCurrDirPsychSci.pdf )
En primer lugar, permítanme esbozar algunos de los puntos principales de este artículo:
Los autores proponen que los hallazgos actuales en neurobiología se apoyan en puntos de vista budistas sobre la emoción. No hay ninguna palabra para «emoción» en pali, sánscrito o tibetano. La neurociencia ha constatado que «todas las regiones del cerebro que se han identificado con algún aspecto de la emoción, también se han dentificado con aspectos de la cognición. El sistema de circuitos que soporta el afecto y la circuitería que apoya la cognición están completamente entrelazados; una disposición anatómica coherente con la visión budista de que estos procesos no pueden ser separados.
La definición de Sukha se define como «un estado de florecimiento que surge del equilibrio mental y la comprensión de la naturaleza de la realidad». Más que una emoción pasajera o un estado de ánimo despierto por estímulos sensoriales o conceptuales, sukha es un rasgo perdurable que surge de una mente en equilibrio y conceptualmente supone una conciencia no-estructurada e no-filtrada sobre la verdadera naturaleza de la realidad»…. Se trata de un profundo sentimiento de bienestar, una propensión hacia la compasión, la reducción de la vulnerabilidad a las circunstancias externas, y el reconocimiento de la interrelación con los seres vivos. Es un rasgo frente a un estado temporal que penetra y se propaga en toda experiencia y comportamiento de vida.
Dukha (sánscrito) a menudo se traduce como sufrimiento. No es simplemente un sentimiento desagradable. Más bien se refiere con más profundidad a una vulnerabilidad al sufrimiento y al dolor debido a una des-aprehensión de la naturaleza de la realidad «.
El reto inicial en el enfoque budista es permitir que los estados mentales de conciencia destructivos puedan transformarse a través de años de meditación, osea que esto sea hecho de forma introspectiva, mediante actividades mentales como la meditación y la contemplación.
En psicología las emociones son consideradas desde un punto de vista evolutivo y son focos de considerable atención en procesos de terapia. Aunque las emociones se clasifican en positivas y negativas, se considera que sólo son perjudiciales en exceso. Además el objetivo de una terapia no es usualmente el librarse de una emoción, sino regular la experiencia y la acción desde que una emoción es sentida… en otras palabras tener el control.
El budismo y la psicología están de acuerdo en afirmar que la hostilidad es destructiva para la salud y que la violencia impulsiva crónica es disfuncional y patológica. Además, las únicas situaciones en las que la psicología recomienda cambiar las emociones, son para estados definidos como psicopatológicos. Actualmente no existe en la cultura occidental ningún enfoque que implique un esfuerzo persistente a largo plazo que involucre habilidades complejas en el aprendizaje del desafío de soportar determinados estados emocionales, a diferencia de la educación superior y el ajedrez.
El budismo tiene un sistema para esto y tiene décadas de entrenamiento para llegar a los estados más elevados de conciencia. El budismo se destaca por la comprensión de los estados y en el desarrollo de las etapas de la meditación. No tiene un método para tratar directamente con el contenido real de los pensamientos estresantes. Los enfoques psicológicos occidentales se han centrado en un cuestionamiento socrático de la mente, en lo que se refiere a los pensamientos estresantes y ha sido una excelente herramienta para la reducción del sufrimiento en lo que se refiere a las «emociones destructivas».
El budismo y The Work tienen algo en común: el objetivo es encontrar la paz y reducir el sufrimiento. The Work es una innovadora y única herramienta cognitiva, que utiliza una serie de preguntas e inversiones, que además emplea la capacidad de introspección innata de la mente, y percibe e interpreta las sensaciones corporales. El énfasis en las sensaciones corporales experimentadas con y sin el pensamiento a menudo son asociadas con mayores cambios significativos que si la comprensión es puramente intelectual.
El efecto de practicar The Work, según lo descrito por aquellos que utilizan The Work como práctica mental, algunas veces es descrito como similar a una experiencia de Sukha. Tal como la meditación, The Work también requiere una «monitorización de las actividades mentales internas», añadiendo preguntas e inversiones. El testimonio de la mente sobre el efecto del pensamiento estresante en la tercera pregunta «¿Cómo reaccionas cuando crees en ese pensamiento?» Es «dukha». La cuarta pregunta: «¿Quién serías tú sin ese pensamiento?» Crea un contraste que permite a la mente la evidencia de lo que es la vida sin el pensamiento estresante. Las «inversiones» reequilibran la mente apegada a un falso pensamiento mediante la capacidad de la mente para encontrar pensamientos adicionales que son más verdad y menos estresantes, usando múltiples y opuestas perspectivas. Esto reduce la disonancia cognitiva con gran efecto y eficacia. Además, cuando las personas encuentran sus propias inversiones y ejemplos, tienen un mayor impacto que si se las suministra otra persona a través de una terapia o de una enseñanza filosófica.
The Work parece permitir al que lo practica experimentar una liberación del dolor muy rápidamente y con rasgos afectivos duraderos. Este fenómeno, repetido suficientemente, puede dar como resultado profundos estados y cambios de rasgos debido a la neuroplasticidad o capacidad inherente del cerebro para la remodelación de sí mismo, utilizando la conciencia, la atención plena y la intención. The Work ilustra una nueva compresión de cómo funciona la mente, y más concretamente nuestro pensamiento, como raíz de la causa del sufrimiento, del dolor, la confusión y la ilusión, y cómo podemos ser libres de los efectos de estos pensamientos estresantes. La sencillez, la profundidad, la velocidad y el poder de The Work no tiene precedentes en la historia de las herramientas disponibles para las personas en la meditación oriental y en las tradiciones psicológicas occidentales. Cualquier mente que pueda contestar con honestidad y verdad a estas cuatro preguntas y a las inversiones, se dará cuenta de que su vida cambia en una dirección pacífica. «El trabajo» no es de auto-ayuda, terapia ni pensamiento positivo. Se trata de un nuevo paradigma disponible a todo el mundo y que se puede utilizar en el campo de la educación, la terapia, en el trabajo con padres (con uno mismo o con otros).
Teóricamente The Work puede ser usado para mejorar la práctica de la meditación así como los enfoques psicoterapéuticos tradicionales y transpersonales, que utilizan la conciencia o visualización para promover la curación y el crecimiento. The Work puede ser utilizado en centros penitenciarios, en psicoterapia, en educación… en procesos individuales o grupales. Se puede realizar efectivamente por teléfono o utilizando un programa de ordenador.
Para comprender verdaderamente el poder y la efectividad de The Work, debe ser experimentado de primera mano, En mi opinión, la ciencia no debe tener ningún problema para validar lo que es empíricamente evidente para mi, y para muchos otros profesionales en cuanto a su eficacia.
Artículo original:
Texto traducido por:
Inmaculada Asensio Fernández