Anoche tuvo lugar la inauguración del XIII Congreso Estatal y I Iberoamericano de Trabajo Social, que este año tiene como lema «Construyendo Comunidades Sostenibles, dilemas y retos».
El lugar elegido para la puesta en escena ha sido el Teatro Romano de Mérida, que fué inaugurado hacia los años 16-15 a. C. No se ha podido escoger un marco mejor, por tanto lo mínimo es agradecer muy mucho a las gentes y gobernantes de Mérida este precioso regalo.
Ayer arrancó el Congreso con una conferencia marco muy interesante, ofrecida por Teresa Matus Sepúlveda, titulada » Innovación y gestión de la calidad de los procesos de intervención social». A través de su discurso nos hicimos nuevamente conscientes de las enormes irregularidades y flaquezas de los sistemas, y que lógicamente contribuyen en la perpetuación de la insatisfacción, los sentimientos de anomía, y la pobreza. Nuestro lugar en el mundo viene dado y cobra sentido únicamente por un FIN: el consumo. Sólo cuando se puede consumir, para sostener los desafíos actuales de los mercados, tenemos un valor social. Si no consumes…si no tienes…, ¿a quién le importas? ¿Qué podemos hacer por ti?
Compra, trabaja, no generes alteraciones ni problemas de ningún tipo que pongan en entredicho esta fórmula… Pues la fórmula funciona, y si tú no te adaptas o no llegas, la culpa la tienes tú, que lógicamente no te esfuerzas lo suficiente, no eres un buen esclavo.
Es rompedor y a la vez gráfico comprobar que muchas personas no tienen cabida en esta lógica neoliberal. Todos NO somos iguales, y no tenemos las mismas oportunidades, pues asi reza en los mecanismos que accionan la máquina que hace rodar todo ésto.
Ni la pobreza, ni el cambio climático, ni la infelicidad percibida o la injusticia social… Tienen fuerza suficiente para detener esta dinamo, para hacernos pensar…
Las estructuras profesionales sabemos que las fórmulas que tenemos para trabajar con las personas y familias son insuficientes. En una misma sala están el trabajador social y la persona necesitada de ayuda. Conversarán e intercambiarán necesidades, recursos y sentires varios, pero el enfoque de respuesta posible quizá algo pueda paliar, pero no solucionar, no al amparo del Sistema conocido.
¿Hay algo que se pueda hacer?
Un par de recomendaciones, al menos:
La primera, investigar la acción profesional, y el por qué fracasan las intervenciones profesionales; no quedarnos en la superficie ni en los argumentos consabidos de ña mayoría. Cuestionarse las cosas, hacerse preguntas, contrastar…investigar desde el trabajo social.
Y en segundo lugar, interesarnos por la política, entrar en los procesos de decisión…cuestionar tu propio papel en todo este engranaje… RENACER A CADA OPORTUNIDAD.
Inmaculada Asensio Fernández