Por favor, reclamen la humanización de los protocolos de nacimiento por cesárea.
Muchas veces la ciudadanía es sumisa ante las injusticias y los comportamientos deshumanizados que se brindan desde los servicios públicos. Un buen ejemplo de estas situaciones es la invisibilización de numerosas prácticas no humanizadas vinculadas a la gestación, el parto y el nacimiento de los miembros de nuestra comunidad.
Dar vida es importante para que la sociedad funcione, pero, curiosamente, es un asunto que se gestiona dentro del ámbito de lo estrictamente privado, como todo lo que concierne a lo femenino, es decir, desprovisto de protagonismo y capacidad de decisión por parte de quienes dan vida: las mujeres y madres…, más aún si este nacimiento se realiza por cesárea.
Todas las personas sabemos que el parto natural es la vía adecuada para el nacimiento de una hija o un hijo, pero desafortunadamente no siempre es posible y las opciones pueden variar entre un parto ligera o moderadamente intervenido (instrumentalizado), hasta la necesidad de recurrir a una cesárea en sus tres vertientes: (1) programada, (2) en curso de parto o (3) urgente, según el caso.
A través de este escrito pretendo compartir mi experiencia de cesárea en curso de parto, recientemente practicada desde los servicios públicos de salud, y por cuyas prácticas deshumanizadas he presentado una reclamación por escrito. La petición que realizo al Hospital que me atendió es que emprendan mejoras en los protocolos de nacimiento por cesárea, ya que los beneficios para las mujeres y sus bebés son impagables, sin olvidar igualmente a sus parejas.
Las cesáreas respetadas se centran en obtener el máximo confort del recién nacido, favorecer el contacto «piel con piel» con la madre, y también que estén juntos la parturienta y su pareja con el bebé. Además, la idea es que en el momento que se abra el útero se extraiga al bebe de una manera respetuosa, sin prisas, así como que se realice un clampaje tardío del cordón umbilical –si puede ser hasta que deja de latir– o al menos un par de minutos, siempre y cuando el bebé tenga una buena adaptación. Incluso contemplan que la pareja de la madre pueda estar presente durante la realización de la propia cesárea, ocupando un respetuoso lugar de acompañamiento a la misma durante la intervención.
Proteger el vínculo entre madre e hijo desde el mismo momento del nacimiento, es de vital importancia para promover la lactancia materna, así como para favorecer la integración emocional de esta experiencia, con las mínimas secuelas emocionales posibles.
Mi experiencia
Durante el mes de enero de 2022 ingresé en el Hospital para inducción de parto, estando de 41 semanas más dos días (41+2), pero mi hijo estaba en posición oblicua y tenía la cabeza muy alejada de la pelvis; se valoró por este motivo realizar una cesárea, por tanto, perfectamente indicada en mi caso.
En la tarde del día 14 de enero nació mi hijo a las 17:45 horas a través de cesárea, y -la verdad- esperaba una atención más humanizada con las madres que recién damos a luz a nuestros hijos en un momento tan importante para nuestras vidas, y tan vital para asegurar que se produzca una vinculación adecuada y saludable con nuestros hijos desde esas primeras horas de vida.
Lo único que hizo que el nacimiento de mi hijo fuese más amable fue el excelente trato recibido por parte del anestesista que me acompañó en el quirófano, al que me referiré en los últimos párrafos de este texto, ya que nada tiene que ver con las quejas que expongo en este relato. Admiro a este profesional por su buen hacer y sus habilidades interpersonales para tratar con sus pacientes: muy humano.
Para comenzar, no se respetó en absoluto el Plan de Parto y Nacimiento que elaboré y deposité en la Secretaría del Hospital Materno Infantil (Torrecárdenas) durante el mes de diciembre de 2021, con bastantes indicaciones importantes para mí y para mi pareja relacionadas con el nacimiento de nuestro hijo; tanto en caso de parto natural, como en caso de cesárea, ya que ambas opciones eran posibles…, por si acaso.
En mi experiencia, me condujeron a un quirófano muy frío y lleno de gente (sentí un poco de pudor porque casi todos eran hombres), y me manipulaban físicamente de un lado a otro para prepararme (quitarme ropa, rasurarme, cambiar de mesa para la operación, monitorizarme, atarme las manos antes de la operación, etc.); y, aunque esto es completamente normal en este tipo de intervenciones, para una persona que no está acostumbrada impresiona un poco.
Por este motivo, se valora mucho que la matrona que se encargue de estar presente en la intervención se identifique y se comunique contigo, mostrando cercanía y empatía, aunque sea para comentar aspectos básicos del nacimiento del bebé a través de la cesárea. Por ejemplo, conversar sobre la posibilidad de colocar sobre mi pecho a mi hijo al nacer directamente, o darme la opción de hacer piel con piel en la propia Reanimación (yo lo pedí en el plan de parto y nacimiento). Pero no supe quién era mi matrona, de hecho, no sabía que había una matrona a mi lado, me enteré al regresar a la habitación tras la Reanimación, porque me lo refirió mi pareja.
Pedí una cesárea humanizada y no la tuve.
Sacaron a mi hijo de mí y se lo llevaron a reconocerlo directamente, sin colocármelo encima, sin esperar un par de minutos para cortar el cordón umbilical como pedí…, fue todo súper rápido. Una vez lavado y reconocido el bebé por parte del personal facultativo, una mujer desconocida para mí asomó su cabeza, casi girando sobre sus pasos porque ya se iba del quirófano, y me dijo:
“mami, todo bien, ¿vale? El niño ha pesado 3.743 kg y está muy bien”.
Al momento me acercaron el niño a la mejilla, sin verle la carita, sólo unos segundos, y salió a escape del quirófano para mostrar el niño al padre. Yo me quedé llorando mientras me cosían…, y entre lágrimas comenté que deseaba que alguien me llevara mi hijo a Reanimación, que por favor me lo llevaran. Pregunté al anestesista si esto era posible y él contestó que por su parte no había ningún problema.
Una vez en la Reanimación estuve acompañada por una enfermera y una auxiliar. Ambas fueron amables en el trato conmigo, pero les pedí varias veces que me dejaran ver a mi hijo, que me lo llevaran a la Reanimación, pero la enfermera me dijo que no era posible porque no lo permitía el protocolo, que lamentablemente no era un protocolo humanizado. Además –comentó- el bebé tenía que estar con la matrona todo el tiempo, ella era la responsable.
Quiero destacar que el bebé no estuvo con la matrona en toda la tarde, sino con el padre. De hecho, lo dejaron en el box número 5 y ya nadie volvió a acercarse para ver si estaban bien o necesitaban algo, por ejemplo, agua. El papá estuvo solo y con la luz apagada hasta que fueron a buscarlo sobre las 22.00 horas para comunicarle que ya me habían trasladado a la habitación.
Un hecho especialmente llamativo fue que estuve toda la tarde sola en Reanimación, es decir, no hubo más pacientes, yo fui la única paciente. Mi pareja estuvo a escasos metros de Reanimación con nuestro bebé sobre su pecho, en la misma planta. Pero, aunque rogué a la enfermera que me trajeran a mi hijo un momento, verlo, intentar que se me agarrara al pecho…, no se hizo nada por tratar de favorecer que el bebé pudiera estar cerca de mí, que habría sido lo más natural y humano, ni tan siquiera esta enfermera consultó con nadie si esto era posible (…). Como dije, el protocolo no lo permitía y nadie tuvo dudas.
Esto es verdaderamente frustrante para una madre, estar separada de tu hijo recién nacido, y creo que fue un daño totalmente gratuito. Nadie ganó nada, sólo se perdieron oportunidades maravillosas para dispensar un trato más digno y benefactor. Me arrebataron un momento irrepetible y una posibilidad magnífica de favorecer que mi hijo comenzara la lactancia de una forma natural.
Ya podéis imaginar lo lamentable de esta experiencia, pero no mejoró mucho al llegar a la habitación. Ya era tarde y cuando llegué tuve que esperar a que llamaran a mi pareja (abandonado en un box) para que subiera con el niño.
El primer día no tuve a nadie que me ayudara (a esas horas) a que se me enganchara el niño al pecho (habían pasado más de 4 horas sin contacto conmigo) y no se enganchó. La matrona de planta terminó su turno a las 22.00horas. Comenzamos a darle de comer con dedo-jeringa, como nos habían aconsejado, para que no se acostumbrara a la tetina del biberón. Pasaron los días y las matronas me mostraron posturas de enganche, pero no funcionaban en mi caso. Pronto entré en frustración con la lactancia, no entendía qué pasaba si este proceso es tan natural. Me indigna que en el informe de alta hospitalaria contempla “se inicia lactancia materna”, pero jamás se inició la lactancia, sólo que una mañana pude extraer con el sacaleches de la sala de lactancia unos 50 ml de leche. Esta es toda la lactancia materna que tuvo mi bebé.
Durante mis días de ingreso en planta tuve algunos episodios que me disgustaron, entre los que destaco que, tras pasarse el efecto de la anestesia, comenté al personal médico que sentía entumecimiento en la pierna izquierda, así como cierto dolor estando tumbada sobre esa pierna en la cama (de lado). Sólo el penúltimo día (quinto de ingreso) me reconocieron y me informaron que era una consecuencia de la postura que adopta el cuerpo como consecuencia de la forma de la mesa de operación, que está ligeramente curvada para facilitar la intervención y algunas personas se contracturan… Por lo visto ese era mi caso. Sin embargo, en el informe de alta se obvió este síntoma, aunque sigo con él aún hoy en la actualidad, y aunque lo dije por activa y por pasiva al personal médico que me visitó cada mañana en planta, también a las enfermeras. No entiendo cómo se puede actuar de esta manera desde la sanidad pública en la que todos confiamos, no reflejando toda la realidad de síntomas en los informes clínicos. Deberían indicarlo y, si necesitara algunas sesiones de fisioterapia, proporcionármelas para liberar el posible pinzamiento que debo tener.
Además, pasé el dolor de la cesárea sólo con paracetamol, por el tema de la lactancia… aunque mi hijo no lactaba y el dolor se me hacía insoportable: a mí el paracetamol no me funciona ni para las cefaleas, pero no quisieron darme otra cosa. Sólo el penúltimo día una de las ginecólogas se tomó interés en mi situación y me recetó ibuprofeno (llevaba 4 días dolorida). Y yo me pregunto: ¿por qué nadie lo hizo antes? El ibuprofeno es compatible con la lactancia, y yo necesitaba una analgesia específica para mi situación. El “café solo para todos”, como dice el refrán, no suele ser la mejor fórmula, hay que tomarse un poco más de interés en los pacientes. Me dejaron rabiando gratuitamente.
Está claro que nadie se compadece por un dolor que no siente… sino se me habría escuchado.
Y para rematar, habiendo dejado constar que no comía carne, uno de los días (no sé si el tercero o el cuarto de ingreso) me trajeron pollo. Mi pareja fue a devolver la bandeja inmediatamente para que me trajeran otra cosa… y la auxiliar le contestó que no había otra cosa, que pollo o nada. Él insistió en que me cambiaran el pollo por otra cosa porque no comía nada de carne, y esto se comunicó nada más ingresar; de hecho, mi menú siempre venía con una etiqueta identificativa que decía: “dieta blanda sin carne”, pero esta persona se negó. Fue tremendo. Yo estaba demasiado dolorida por la intervención quirugica como para salir al pasillo a hablar con esa persona tan poco educada. Mi pareja acudió al mostrador de enfermería para confirmar si estaba registrado en el programa informático que yo no comía carne, y le confirmaron que si. Pero se ve que debido a un fallo humano me trajeron pollo, y se negaron a cambiarlo. Mi pareja bajó a la tienda que está en la planta de abajo, en el exterior del hospital, y me compró unos sándwiches vegetales, siendo paciente de un hospital y recién operada de una cirugía mayor. De verdad, es tremendo e indignante.
Para finalizar mi escrito, también quiero dejar constar que el último día de ingreso (salí del hospital al sexto día) una matrona nos comentó: “es posible que el bebé tenga frenillo, consúltalo con la pediatra antes de marchar a casa…”. La pediatra pasó por la habitación y lo reconoció, y me dijo que ella no veía ningún frenillo. No obstante, me recomendó acudir a la consulta de Bienestar Materno del mismo Hospital a la semana siguiente (sólo atienden los miércoles). Y así lo hicimos, una semana después fuimos con el bebé y nos atendió una ginecóloga amable y con bastante humanidad. Se lo agradezco mucho. El bebé resultó tener un frenillo submucoso que no le intervinieron estando ingresados (que habría sido lo suyo) así como que se me apoyara en esos primeros días de ingreso con la lactancia, una vez hecha la frenotomía, ¡sin dejar pasar dos semanas!
Tengo que reconocer que el Sistema me ha puesto todas las posibilidades de la lactancia en contra.
La citada ginecóloga practicó una frenotomía a nuestro hijo, pero no sabemos si será suficiente con ese corte o será necesario realizar alguno más, por ser submucoso. Siguiendo recomendaciones tras la frenotomía, lo estamos llevando a una fisioterapeuta de bebés (por nuestra cuenta) para trabajar la anquiloglosia propia de este tipo de frenillos. Yo no me atrevo a pensar en una nueva frenotomía, si fuera necesario, ya que es muy doloroso para los padres presenciar ese tipo de intervención ambulatoria sin anestesia, y suponemos debe ser traumático para el bebé. Como recomendación si quiero señalar que hemos visto que hay clínicas en las que aplican un tipo de anestesia inhalatoria (gas Sevofluorano) sin pinchazos, y muy breve (15 segundos). El bebé en todo momento respira «de manera natural», sin intubación, y con un alta a los 30 minutos. Veáse la web del cirujano pediátrico Dr. Briz: https://drbriz.com/
Todo esto ha sido duro para nosotros, y no hemos querido dejar pasar la oportunidad de comunicarlo a la Dirección de Hospital por escrito, para solicitar que revisen sus protocolos de atención y mejoren la calidad de la asistencia.
Mi solicitud, tras la exposición de motivos, ha sido que me respondan por escrito para darme algún feedback sobre lo sucedido, y para explicarme si harán algo para cambiar los protocolos de asistencia a las mujeres que dan a luz, bien por parto natural o por cesárea, sea o no programada. Las consecuencias de que un parto o cesárea no sea humanizado repercuten mucho en la salud de la madre y del bebé, así como pone “palos en las ruedas” a las posibilidades de la lactancia.
Espero poder compartir más adelante el resultado de esta petición.
Antes de dar por finalizado este relato, quiero destacar el excelente trato humano que recibí por parte del anestesista que lideró la intervención quirúrgica de mi cesárea, un profesional que habló conmigo antes y durante la intervención quirúrgica, me informó de todo lo necesario respecto a la anestesia y la intervención, me transmitió mucha tranquilidad ante una intervención en la que yo iba a estar despierta, y lo hizo con una habilidad en el trato humano que me redujo la sensación de temor normal ante una situación nueva y desconocida.
No tengo palabras suficientes para agradecer la humanidad y profesionalidad del Dr. Francisco Dugarte Capecchi (Francisco el Venezolano, lo llaman afectuosamente sus colegas profesionales en el Hospital). Es el mejor recuerdo que me llevo de mi cesárea. Espero que la vida le devuelva con creces su actitud hacia mí durante la intervención; o, como se suele decir, que Dios lo bendiga mil veces.
Inmaculada Asensio Fernández.
Gracias Inmaculada por compartir tu experiencia y gracias por haber hecho la reclamación a la dirección del hospital porque esto ayuda a que vayan cambiando las cosas, aunque sea muy poco a poco. Como refieres en tu experiencia a veces no es la falta de recursos sino la actitud de los profesionales a realizar su trabajo de una forma humanizada como debería de ser siempre y no una excepción. Los protocolos están para cumplirlos y también para adaptarlos a cada caso y mejorarlos si es necesario. Yo me pregunto ¿dónde está el problema? Si el protocolo marca como se tiene que actuar ¿por qué no se hace? ¿por qué tenemos que depender de la voluntariedad del profesional de turno para que las cosas se realicen como marca el protocolo?
Ojala muchas mas mujeres hicieran lo que tú has hecho, hacerte oír.
Muchas gracias Conchi
Rara vez las personas denuncian estas situaciones, considero que porque pertenecen a la esfera de lo íntimo y privado (como todo lo que rodea lo femenino, como decía en la entrada de blog). Las cosas deben cambiar para que la sociedad evolucione hacia una ética de mínimos, desde los diferentes ángulos de intervención de los servicios públicos.
Los procesos de nacimiento y de muerte son especialmente vitales para la vida de las personas, y merecen respeto, atención y cuidado; la pandemia también lo ha puesto de manifiesto.
Un abrazo y gracias.
Uff acabo de ser mamá de un parto inducido en la s 37+4 que acabo en cesarea, debo decir que ni mi parto ni me vesarea fueron los «soñados» pero elntrato de todos los profesionales fué realmente humano y excelente
Es verdad que en la cesarea oarticipa muchisima gente y es bastante estresante el momento de la preparación y como yo pedi cortina para ni ver la sangre y que me abrian en canal tp sabes muy bien las for.as que tratan tu cuerpo y a tu bebé. yo si oude hacer piel con piel, y tb me dió la.sensaciin q me metian el niño rn la mejilla (mi pareja pudo estar y en favor de la matrona dijo que no había mucho mas espacio donde dejar al niño) creo que hicieron pinzamiento tardio aunqie no estoy del todo segura y el papa no pudo cortar el cordon… eso me da mas pena a mi que a él asi que…
Siento mucho tu experiencia y espero lonreportes a atencion al paciente
Estimada Ranmita, si, puse una reclamación. En mi caso podría haber hecho el piel con piel sin ningún problema, pues no había más paciente que yo en reanimación… pero simplemente dijeron que no porque no lo contemplaba un protocolo. Es triste que esté todo tan deshumanizado. Afortunadamente, el hecho de escribir mi experiencia, poner una reclamación y publicar este asunto… me ha ayudado bastante a digerirlo.
Muchas gracias y un abrazo,
Gracias Inma por contarlo.
Mi parto fue parecido, incluso con lo que comentas del profesional de anestesia, fue una suerte que estuviera (aunque fue otra persona).
En mic así además, lactancia fracasada por frenillo IV operado a los 5 meses por Briz…
Presenté reclamación, y estoy disponible para participar si se nos ocurren acciones para cambiar esta forma injusta de trato hacia las mujeres, nuestros hijos/as y nuestras parejas.
Hola Fabichacon!
Aún estoy esperando a que me respondan desde el Hospital (…). Si no lo hacen, repetiré la queja porque en mi caso he pedido explicaciones por escrito y también que se trabaje en un protocolo humanizado en el que me ofrezco a participar… Si quieres publicar tu queja en mi blog, lo pongo a tu disposición. Lo vamos moviendo entre todas. Un abrazo y muchas gracias.
PD. Tengo que volver a intervenir el frenillo de mi peque, y voy a trasladarme a Madrid para hacerlo con Briz.
Enhorabuena Inmaculada, la vida se dio a traves de ti…..es una maravillosa noticia, me alegro mucho por ti….tiene mucha suerte de tenerte como mama…….ojala lleguemos algun dia a ser verdaderos seres humanos……..muchas bendiciones y mucha fuerza(que se que la tienes)…..un abrazo muy fuerte.
Ana Maria
Ana María, qué alegría saber de ti, cuánto tiempo!!!
Muchas gracias por tus palabras, mi bebé está realmente precioso y estoy disfrutando mucho de mi maternidad, a pesar del cansancio. Recibe un fortísimo abrazo.
Se me mete el miedo al leer esto, me toca cesarea si o si porque estoy de 38 semanas y el niño no se da la vuelta 😅 encima hicieron un informe mal y aunque lleva encajado de nalgas desde la semana 20 segun el ordenador (que yo se que no e iba acompañada y esa persona lo vio y escucho como decian que estaba sentado) segun ellos en la semana 36 estaba de forma cefalica y por eso en urgencias no han querido programarme ya 😅
Me enfada y mucho saber que si se cumple esto, aparte de un error de informe, me va a tocar estar sola, cuando ellos quieran alargar, no van a respetar mi plan de parto… pense que este materno era mejor 🥲
Querida «Soloyo», siento mucho que te sientas con miedo. Te puedo decir que sé que hay personas que han tenido cesáreas en el materno y les ha ido mejor que a mi… depende de quién te toque en turno, pero para dar a luz con parto natural, pues también. Yo te diría que trates de ir tranquila pues lo más importante será el amor que sentirás cuando tengas a tu hijo o hija en brazos. Yo decidí denunciar para crear conciencia con el tema. También puse dos quejas por escrito, y pedí una reunión con la subdirectora médica del Materno (presencial) y le mostré mi descontento para que esto no pase a más mujeres. No tendría que existir diferencia entre las que tienen suerte y las que no, el protocolo tendría que ser el mismo para todas. La cesárea es rápida… lo importante es que te dejen hacer el piel con piel (al menos) por eso pídelo desde el principio. También podrías hacerte una eco en un privado y llevarla, para tratar de hacerles ver una segunda opinión sobre la posición del bebé. Mucha suerte, espero que me cuentes qué tal te ha ido cuando acabe todo. Un abrazo.