Sobre perdonar

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Perdonar es una decisión, un movimiento interno hacia nuestro propio cambio y nada tiene que ver con la otra persona, aunque indudablemente la pacificación de un conflicto beneficia a todo el mundo, se continúe o no con la relación.

Perdonar implica, de algún modo, comprometerse con ver a la otra persona y a la misma situación de otra manera, pues cuando nos alejamos de las situaciones y tomamos perspectiva, alcanzamos una visión general que nos permite restar importancia a ciertos detalles, incluso a interpretar de otra manera aquella palabra, frase o acto que tanto nos molestó o dañó. Hay que tener en cuenta que cuando algo nos produce dolor o sufrimiento, no sólo cuenta lo que nos ha pasado, sino nuestra forma de interpretar el hecho en sí. Eso es -si cabe- más importante, pues nos puede traer la paz, o nos puede llevar a una guerra sin tregua y devastadora, para nosotros y para los que nos rodean.

Nuestras percepciones sobre las cosas que nos suceden están llenas de juicios y proyecciones, así como contaminadas con nuestras hipótesis sobre el futuro y que en muchas ocasiones nos provocan una distorsión de la realidad del aquí y ahora. En este sentido, siguiendo a la autora Byron katie podemos tener claro que la realidad siempre es amable, mucho más que la idea que nos hacemos de lo que hemos vivido (el pasado) o la idea que nos hacemos de lo que vamos a vivir (futuro).

Perdonar es desmontar todo lo que hemos creado con nuestra mente, liberarnos de ello y convencernos de una vez por todas de que sólo podemos ser felices si amamos. Lo que pasó, pasó, y lo que queda ahora es mío, pues yo decido rebobinar la cinta una y otra vez en mi cabeza, máxime si la situación o persona en concreto ya no están en mi vida.

Perdonar es un acto de responsabilidad con nosotros mismos, y con la vida, que es lo más valioso que tenemos. Nos comprometemos a sanar nuestros sentimientos de odio y rechazo, de miedo y de culpa, y por fin decidimos viajar ligeros de equipaje.

No te tomes en serio a tu personaje o él te tomará a ti.

Hay mucha literatura sobre el perdón, sin embargo hoy me voy a centrar en la metodología de los 5 pasos del perdón que mi buena amiga Trinidad Laviana compartió conmigo, tras formarse como  facilitadora del perdón:

1. SENSIBILIDAD: Yo siento. Reconozco mis sentimientos y los acepto. Me ocupo de mi, de lo de dentro, en lugar de lo de fuera. Atiendo mis sentimientos, les dejo su espacio y su tiempo.

2. RESPONSABILIDAD: Tomo la responsabilidad -por decirlo de algún modo- espiritual, mediante la cual tomo conciencia de que el conflicto está en mi mente, puedo ver que todo es una proyección de mi mente.

3. HUMILDAD: Se trata de un abandono progresivo de los procesamientos mentales típicos o conocidos, y cambiarlos por un «no se». No entiendo nada, no se nada. Lo entrego todo. Me abro a la paz. Siguiendo a la autora Byron Katie, sería algo así como preguntarse abiertamente: ¿Puedo saber con total y absoluta certeza que ese hecho en concreto es verdad?

4. VOLUNTAD: Elijo ver de otra manera, y para ello pido ayuda: una mente programada no puede ayudarse a sí misma. Para ver la situación de otra manera sólo tengo que cuestionarla, utilizando para ello diferentes herramientas. Yo te recomiendo una: TheWork o El Trabajo de Byron katie, puesto que esta herramienta es una invitación para ir más allá de las primeras impresiones y juicios que nos formamos con las personas y con las cosas que nos suceden. Es una invitación a entrar en ti, a conocerte verdaderamente y a tomar conciencia de lo que es tuyo, y de lo que es del otro, con aceptación y paz.

5. ACEPTACIÓN: Ahora es el momento de aceptar la curación sin expectativas, sin imaginar o fabricar mentalmente nada, sin imponer plazos. Acepto todo como está y abandono la lucha. La aceptación es el reconocimiento de que no pudo ser de otra manera. Quedarnos con el aprendizaje de lo ocurrido. Elijo paz: ahora.

La manera de llegar al odio es un proceso corrosivo para las personas. Se parte de un enfado, se pasa a la rabia, más tarde a la indiferencia para culminar en el ODIO. Y el odio, querid@s amig@s, por decirlo de algún modo “es como tomarte un frasco de veneno tú, y esperar que se muera otro”.

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