Hoy he quedado estupefacta por una página que he descubierto en facebook, se llama DOMINACIÓN MACHISTA: https://www.facebook.com/dominacionmachista?fref=photo
Según su administrador: “Esta página surge, de manera inocente y libre, como movimiento que apoya la supremacía masculina como fetiche sexual y la capacidad de la mujer se someterse al hombre de forma libre y consensuada, y respetando los límites que cada pareja imponga en su relación. Los contenidos expuestos en este grupo no tienen como objetivo fomentar la violencia, sino alimentar las fantasías de muchas mujeres y hombres que disfrutan de la dominación masculina basada en la creación de roles: Ser superior para el hombre y ser inferior para la mujer (+18)”.
Desde mi punto de vista, no es lo mismo tener una fantasía sexual concreta, pactada y consensuada con la persona con la que mantenemos relaciones sexuales, sea considerada pareja, amante o como se le quiera llamar (…) que hacer apología de la violencia y supremacía masculina del hombre sobre la mujer, sobre todo con imágenes y textos como el siguiente que os comparto, extraído de dicha página:
Este tipo de imágenes son claramente lesivas para la mujer, y no sólo atentan contra su dignidad, sino contra parcelas socialmente conquistadas, aunque los creadores o simpatizantes de estos “movimientos” los consideren voluntarios y respetuosos.
Lo digo ALTO y CLARO: para mí –como mujer y como persona- NO LO SON.
«Este tipo de grupos no hace daño alguno a nadie, mucho menos a la sociedad» -me ha comentado alguna persona al compartir mi indignación. Pues ¡OJO! :
Ojo con la información que se transmite a los jóvenes a través de las redes. Estamos en el momento de la historia en el que los jóvenes comparten menos tiempo con sus familias, con sus amigos/as, y pasan más tiempo frente al ordenador. Lo virtual va comiendo el terreno a la experiencia real, en la calle, en la cercanía, en el contacto con los demás. Las personas jóvenes son mucho más vulnerables ante este tipo de información y de imágenes (hacia lo femenino y hacia lo masculino), que una persona con una madurez y crecimiento personal arraigado. Hoy día aumentan los casos de violencia de género en los institutos de enseñanza secundaria, lo cual merece una pensada. Como dicen por ahí:
“Es más fácil fortalecer Jóvenes Adolescentes, que reparar Adultos Rotos”.
A lo largo de mi aún no larga vida, he sufrido situaciones, comentarios, y tratamientos de carácter marcadamente machista, tanto en el seno de mi propia familia, como entre mi grupo de iguales durante mi adolescencia, e incluso en los primeros trabajos que encontré allá por los veintipocos, en los que siempre le decía a mi madre: “mamá, no me gusta tener un jefe hombre: o me mira los pechos y se me insinúa, o me grita para asentar su autoridad frente a mi”. Mi madre solía decir que “los hombres, son hombres, y las mujeres, mujeres, y que no buscara discusión por estas diferencias, ya que eran irresolubles, pues siempre había sido así”.
Ahora sé que hay hombres y mujeres que tratan a las mujeres como lo que son: PERSONAS. Sin tratar de ponerse por encima de ellas ni relegarlas a un papel tradicional. De todos modos, también me doy cuenta de que el machismo sigue aún latente en la sociedad de nuestros días -cosa que no me extraña- teniendo en cuenta que justo ahora, en otras partes del planeta, hay mujeres a las que se las está obligando a casarse sin tener en cuenta su opinión o preferencias (incluso siendo tan sólo niñas de unos 7 u 8 años de edad), o se las están mutilando genitalmente, o se las está obligando a vestir un atuendo que sólo deja al descubierto sus ojos…. Entre otras “delicias… o perversiones”.
Hay algo que hoy día tengo claro: «Todo es más sencillo para una persona cuando no tiene que andar demostrando su valía, a cada paso, para ser tenida en cuenta en diferentes esferas sociales, culturales y profesionales».
¿De qué manera se va conformando la identidad de una mujer cuando a su alrededor observa que la tajada más grande, las libertades, y en definitiva las oportunidades son para los hombres…? – Buena pregunta.
La lucha de los sexos ha existido siempre, y creo que esta división lo único que nos impide es avanzar como la gran familia que somos.
Queremos lograr un mundo mejor, y para ello hay que tener en cuenta el impacto de las imágenes y de las palabras atribuidas a unos grupos y a otros. Los hombres y las mujeres se han enfrentado a diferentes pruebas y retos a lo largo de la historia, y yo -como mujer- quiero dejar constancia de la visión que se ha dado de la mujer en los medios de comunicación, y que inevitablemente tiene un impacto en la sociedad en general, en los grupos y familias, y en las personas: hombres y mujeres.
En primer lugar, allá por los años 40/50/60, la imagen que se daba de la mujer era de madre, esposa y ama de casa. Cuando yo estudiaba en la Universidad de Granada, participé en un trabajo de investigación con un profesor de sociología, recopilando y analizando noticias de prensa de los años 40/ 50 en las que aparecían personas gitanas. Realizando la visual de los diferentes ejemplares (estuve un año revisando periódicos de El Ideal de Granada) detecté anuncios publicitarios de alto contenido machista, en los que se veía a una señora siendo abofeteada y zarandeada por su marido por no traer a la mesa la marca de vino que a él le gustaba para almorzar. Grave e imperdonable error para ella, que sólo habría de solucionar haciéndolo mejor para la próxima vez. He de reconocer que me impactó, pero no me sorprendió, pues a esas alturas de mi vida estaba algo acostumbrada a los comentarios y situaciones machistas (a muchas mujeres de mi familia no se les ha permitido trabajar, por parte de sus maridos, y este es sólo un ejemplo de una larga lista de ellos).
Imágenes típicas de la época podían ser:
Luego la cosa va avanzando en este maravilloso CONTRATO SOCIAL al que nos vemos sometidos/as desde el mismo momento de nuestro nacimiento. La mujer pasa, de ser considerada una COSA DEL HOGAR Y DEL HOMBRE (PADRE o MARIDO) de los 40´s a los 60´s, a ser considerada una MUJER OBJETO, allá por los 70´s (hasta nuestros días). Las imágenes que se propagan de la mujer en los medios de comunicación desde ese momento, ponen su VALOR en su físico, siendo por tanto las mujeres adoctrinadas desde su más tierna infancia a despreciar sus cuerpos, y por ende a su persona, por no cumplir o no ajustarse al canon de belleza dominante, y a someterse a duras autocríticas, privaciones, e incluso poniendo su propia vida o salud en riesgo para encajar en un molde que no es el suyo (p.e. el famoso 90-60-90).
Hay un cortometraje realizado por Fréderic Doazan que critica a los estándares de «perfección» impuestos a la mujer que, de todas las formas posibles vistas, refleja una idea absurda de perfección impuesta por la sociedad, para así poder representar a la «mujer perfecta» en un mundo de imperfectos.
Si queréis ver el cortometraje pinchad en el siguiente enlace (dura menos de 3 minutos, es gráfico y toca la conciencia de cualquiera):
http://www.izlesene.com/video/supervenus-frderic-doazan/7752474
Quizá parezca fácil escapar de las garras de esta maquinaria “silenciosa”, pero desde luego son muchas las que han perecido en el intento.
Luego surgió la imagen de la mujer DOMINADA, y posteriormente de mujer DOMINADORA.
En la última década comienza a surgir la imagen de una mujer TRABAJADORA, independiente, fuerte, sexy y “todo terreno”… o soy TODO o NADA (Mujeres Perfectas) ¿De verdad creéis que se puede sostener esto? Si, sobre un pilar fundamental: LA INFELICIDAD.
Paralelamente, comienzan a tomar fuerza ciertos movimientos que propugnan una vuelta hacia atrás, en el sentido de retroceder hacia formas de sumisión casi cavernícolas –si se me permite la expresión. Uno de estos movimientos está tomando mucha fuerza en algunos sectores de la sociedad americana. No sé si habéis tenido la oportunidad de ver el siguiente documental sobre MUJERES OBEDIENTES, pero no tiene desperdicio:
https://www.youtube.com/watch?v=muwI-hITGnU
¿Cómo es posible que se den este tipo de movimientos? Hoy día no me lo explico. Me parece repugnante, y por más que lo intento, no puedo desarrollar ni un ápice de tolerancia frente a este tipo de corrientes que denostan a las de mi género: MUJERES.
Una vez mi padre me dijo que, cuando él era niño, vio en más de una ocasión intercambiar a mujeres por rebaño de ovejas o cabras, entre familias. Él es de un pueblo de sobrada tradición agricultora en Almería: NÍJAR, y de niño ha visto este tipo de prácticas. Mi padre tiene 67 años, así que tampoco estamos hablando de principios del siglo XIX.
Es importante que este tipo de reclamos y de grupos que surgen con el objetivo de intercambiar experiencias sexuales basadas en la dominación o supremacía del hombre sobre la mujer, no se dediquen a hacer más daño a un rol y género más que dañado, difundiendo imágenes lesivas sobre el papel de las mujeres en la pareja, en la familia y, por ende, en la sociedad, porque
¡YA ESTÁ BIEN!
Quizá más de uno o una se eche las manos a la cabeza con la anécdota del rebaño, pero es que de algún modo se nos sigue tratando de manera inferior… p.e. diferencias de sueldo, muchas mujeres llevan el peso del trabajo y de las labores del hogar, la crianza de los hijos, así como tienen que aguantar el considerar que -a partir de cierta edad, la mujer sólo puede aspirar a tener por pareja a una persona 15 ó 20 años mayor que ella, porque a los hombres curiosamente sólo les gustan las mujeres jóvenes… y «joven» es un término que finaliza a los 40 años (y estoy siendo generosa)… a esa edad una mujer no puede elegir; sin embargo un hombre es atractivo hasta la edad en la que tiene que dejar la dentadura postiza sobre la mesita de noche, dentro del vaso de agua… ¿Acaso no es verdad lo que estoy diciendo?
Este pensamiento colectivo ha de adaptarse a la nueva era en que vivimos. No podemos ir hacia delante y hacia atrás constantemente, sobre todo en cuanto a la recuperación de ciertas dignidades, y ciertos derechos civiles que nos fueron vetados, arrebatados, y que por el momento aún conservamos, aunque -a la vista está- con reservas.
Y para las personas que opinan que no se debe entrar en guerra contra estos movimientos, por considerarlos libres y voluntarios (…) les digo:
Perdonad: CADA CUAL QUE DEFIENDA SUS CAUSAS; yo particularmente defiendo las mías.

Imagen tomada de: http://www.edicionuncuyo.com/el-amor-romantico-como-utopia-emocional-de-la-posmodernidad
Autora: Inmaculada Asensio Fernández.
Me he quedado de piedra viendo esa página, repugnante. Muy buena entrada, Inmaculada, muchas gracias!!
Si, yo aún no doy crédito. Gracias a ti. Un abrazo Eladio.