La pendiente resbaladiza de la maldad

Imagen tomada de: http://fucientom.deviantart.com/art/Maldad-191692872

Imagen tomada de: http://goo.gl/2XJhF4

Hoy comienzo esta entrada de blog utilizando el título del programa número 54 de Redes, que dirige Eduardo Punset.  En este programa se analizan las bases de la maldad en el ser humano, así como se exponen los resultados de una de las investigaciones psicosociales más relevantes en esta materia, llevada a cabo por el Dr. Philip Zimbardo en los sótanos de la Universidad de Stanford.

Uno de los resultados más evidentes del experimento de Zimbardo, es que la capacidad del ser humano para hacer daño a otras personas existe y ha existido siempre, y hay muchas lecturas respecto a este fenómeno. Las personas aparentemente buenas, o que siempre han tenido un comportamiento intachable, bondadoso, solidario, etc… pueden volverse completamente malvadas si se dan las condiciones adecuadas.

Si quieres ver el programa nº 54 de Redes  pincha aquí: http://goo.gl/1VWU1B

EL EXPERIMENTO

¿Hay personas buenas y personas malas? ¿Es la maldad parte de nuestra naturaleza humana?  ¿Qué vuelve malvadas a las personas?

Hace más de 34 años se llevó a cabo «El experimento de la cárcel de Stanford» (1971) que extrajo importantes resultados acerca de cómo el impacto del entorno puede influir en la conducta de una persona, llegando incluso a adoptar conductas verdaderamente malvadas; y no por azar, sino porque en el fondo todas las personas tenemos una parte oculta y perversa que puede aflorar según qué condiciones.

La investigación del Dr. Zimbardo tenía una duración prevista de 2 semanas, pero fue interrumpida a los 6 días de su comienzo, debido a las primeras consecuencias que comenzaron a apreciarse en los participantes y en el propio Zimbardo.

Para  el experimento se escogió a un número de personas que tomarían el papel de carceleros, y otro número de personas que tomarían el papel de presos. El investigador principal tomaría el papel de Director de la prisión. El resultado más inmediato fue que conforme fueron avanzando los días, los presos comenzaron a adoptar conductas cada vez más sádicas hacia los prisioneros (sin haber registrado previamente en su historia personal  ese tipo de comportamiento). Los prisioneros, por el contrario, desarrollaron comportamientos de extrema sumisión hacia sus carceleros. Y respecto al Director de la prisión, Zimbardo, se hizo completamente insensible a las conductas de sus sujetos de estudio, no advirtiendo -en principio- riesgo alguno en continuar con la investigación.

Si quieres leer más sobre el experimento:

http://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_la_c%C3%A1rcel_de_Stanford

¿QUÉ NOS HACE «SER MALVADOS»? 

Hay varios aspectos que favorecen que tengamos comportamientos indeseables o malvados, y el primero de ellos fue expuesto por Zimbardo tras su experimento: la influencia del entorno. Un entorno estresante, agresivo e inadecuado favorece la activación de nuestras capacidades más perversas o dañinas. Sin embargo aún hay más factores condicionantes del desarrollo de estas conductas, como vemos a continuación.

El sentimiento de ODIO

La inercia del odio es corrosiva. Puede arrasar los parajes más bellos de nuestro intorno o interior, enfermarnos y conducirnos involuntariamente por caminos inhóspitos y descarpados.

El odio no entiende de vínculos, respeto, orden, e incluso de equilibrio familiar. Cuando llega intenta anidar en el sujeto, y destrozarlo todo. Una de sus mayores características es que -al que lo porta- lo hace insensible al dolor ajeno.

Cuando el odio se apropia de ti dejas de sentirte libre. Estás poseído por algo que es más fuerte que tú y que anula tu intelecto, tu capacidad de autocuidado y de respeto a los demás. Cuando se odia se entra en un estado que podemos denominar de Discapacidad Emocional, en la medida en que la persona que lo padece tiene serias limitaciones para ver lo bueno que hay en los demás, e incluso en ella misma.

El núcleo de las personas humanas  está compuesto de buenos y malos sentimientos. El amor nos cura y el odio nos enferma. “Es mejor morir de pena que morir odiando a un semejante”. La vida es demasiado corta para quedarte enganchado a una persona o situación a través de ese sentimiento.

Sentirnos VICTIMAS

De víctima a verdugo hay un solo paso. Si me siento víctima, automáticamente me siento legitimada para hacer o decir lo que me plazca, por muy lesivo que sea para otra persona.  Lo paradójico de todo esto es que la postura de victima también nos debilita, pero además nos llena de malos sentimientos y de deseos de venganza o necesidad de resarcirnos respecto al daño que sentimos nos han causado.

El sentirnos dañados o dolidos por cualquier contingencia “ajena” (una decepción, una traición, un engaño, abandono, ruptura…), parece legitimar a quién lo sufre para albergar malos sentimientos en su corazón, y además la acerca a lo que el psicólogo e investigador Philip Zimbardo denomina el Efecto Lucifer.

El efecto Lucifer es tan poderoso que su inercia puede arrastrar a una persona aparentemente sana, incluso dadivosa y con una inclinación clara a ayudar a los demás, a cometer actos terribles, dolosos, vengativos y ruines, en un momento dado de su vida.

Si quieres saber más sobre el efecto Lucifer, pincha aquí: http://www.lucifereffect.com/

La INSCONSCIENCIA

Una persona insconsciente no se da cuenta del alcance de sus actos. Desde una posición de inconsciencia estás privado de sentido para interpretar adecuadamente la realidad de lo que acontece a tu alrededor.

Es como si tuvieras el GPS de tu vida totalmente desorientado, llevándote a destinos erróneos; siendo lo peor de todo esto el hecho de que no ser capaz de darte cuenta de que el destino al que has llegado no es el deseado. Es un estar perdido por la vida.

Si no aprendo de algún modo a hacerme consciente de mis pensamientos y sentimientos, sobre todo en los momentos difíciles o de tensión… puedo caer en la trampa de dejarme llevar por las emociones más destructivas que hay a mi alcance, y cometer actos errados, injustos y lesivos para otra persona.

La conciencia es una luz que permite ver el camino por el que transitamos en cada momento, así como nos permite reconocer a las personas con las que nos vamos cruzando. Da luz a los propios comportamientos, a la interpretación de hechos y recuerdos, a la lectura de lo que aconteció en nuestro pasado, a la toma de decisiones… También nos otorga la posibilidad de reconocer el valor inherente de cada ser humano, por el hecho ser un ser vivo y de estar aquí.

La OBEDIENCIA

Otro aspecto importante que favorece el desarrollo de la maldad es la obediencia. La obediencia ciega a algo o alguien que para la persona represente una autoridad, que la anula para hacerse sus  propios juicios acerca de lo que sucedido. Esto fue estudiado por el psicólogo Milgram (1963), mediante un experimento cuyo fin era medir la disposición de una persona a obedecer las órdenes de una autoridad, aún cuando éstas pudieran entrar en conflicto con su conciencia personal. Obedecer órdenes despóticas e injustas, nos convierte en personas malvadas… lo queramos o no. Y no sólo obedecerlas, sino mirar hacia otro lado cuando otras personas cometan esos actos injustos en nuestra presencia, haciendo daño a otras personas.

Si quieres leer más sobre este experimento de Milgram: https://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Milgram

A pesar de todo lo dicho, aunque una de las capacidades naturales de las personas humanas puede ser la maldad, mi hipótesis es que tampoco somos ansia pura. Si trabajamos suficientemente nuestra conciencia personal y nuestros valores, podremos decidir qué tipo de persona queremos ser, lo que nos servirá de brújula cuando haya algún tipo de tentación a la vista…  Hay que tener en cuenta que somos cuerpos sacudidos por una historia y un sistema creencias y de emociones, que muchas veces nos juega malas pasadas.

Según señala Zimbardo, hay un momento clave en el que una persona azotada y zarandeada por todo ese conjunto de sentimientos negativos, puede decidir pararse y no hacer nada, no actuar desde esa fuerza destructiva. Hay una centésima de segundo en la que decides si tomas un camino o tomas otro. Estos momentos son decisivos, y marcan nuestro talante e ethos en la vida.

La reflexión sobre nuestros actos tiene justamente la función de autoregular nuestro comportamiento.

Esto fue otro de los resultados del experimento de la cárcel de Stanford. Algunas de las personas que tomaron el papel de carceleros, no tenían ningún tipo de conciencia sobre el daño que habían hecho a los que adoptaron el papel de presos, pero una vez interrumpido el experimento, y en un entorno tranquilo y seguro, fueron capaces de reflexionar y darse cuenta de lo que habían hecho. Esto generaría un antes y un después en sus vidas, de eso no cabe duda.

Reflexionar produce un cambio importante en las personas, y se constituye como un ejercicio imprescindible si queremos ser personas íntegras.

En palabras del propio Zimbardo,

“Cada uno de nosotros tiene tres posibilidades:

Ser pasivo y no hacer nada,

Ser malvado,

o convertirse en un héroe”

(Philip Zimbardo)

La misma mente empuja a unos a convertirse en villanos, y a otros en héroes.

Los héroes no piensan en YO, sino que piensan en NOSOTROS.

Los héroes no son superhéroes, sino gente corriente.

Los héroes no son egocéntricos, son sociocéntricos. Su profundo sentido de la responsabilidad les hace actuar para ayudar a otros. Son personas compasivas e integras. Sus acciones luchan o contrarrestan los efectos de las injusticias o de las maldades que observan a su alrededor.

Según Zimbardo, los héroes son personas que actúan cuando la mayor parte de la gente no hace nada (…)  Y la buena noticia –añado yo, es que todos tenemos un héroe o heroína  dentro esperando salir cuando así lo decidamos.

Autora: Inmaculada Asensio Fernández.

Más referencias utilizadas:

http://www.redesparalaciencia.com/wp-content/uploads/2010/04/entrev54.pdf

http://elpais.com/diario/2007/09/03/internacional/1188770409_850215.html

http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-pendiente-resbaladiza-maldad/736047/

http://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_la_c%C3%A1rcel_de_Stanford

http://www.lucifereffect.com/

https://es.wikipedia.org/wiki/Experimento_de_Milgram

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