Entrevista a la trabajadora social del Comité de Ética Asistencial de Almería

Una tarde de paseo marítimo compartiendo un café con Conchi Zurita Alonso, como todos la llamamos en el mundillo profesional, y en la que nos cuenta su experiencia como trabajadora social en el comité de ética asistencial de Almería; en concreto cómo llegó hasta ahí y en qué consiste la labor del comité.
Conchi es trabajadora social de Atención Primaria desde 2001, desarrolla su trabajo en el Centro de Salud “Virgen del Mar” y “Mediterraneo-Torrecardenas”. Siempre le ha parecido importante apostar por la formación continua como manera de actualizarse a nivel profesional y de adquirir nuevos conocimientos para mejorar día a día su trabajo.

“Conocer te abre la mente”- afirma.

Ella se niega ser una profesional confinada en un despacho, sin vocación de renovación alguna, así que entre los numerosos cursos que ha realizado, optó por el Curso de Experto en Bioética de la Escuela Andaluza de Salud Pública de Granada. Una vez finalizada esta formación, presentó su candidatura para formar parte del Comité de ética asistencial de Almería y fue seleccionada. Han pasado cinco años desde entonces, y su evolución profesional ha sido importante, configurándose hoy día como una persona de referencia en temas de ética para el resto de profesionales de lo social.

– ¿Qué pinta una trabajadora social en un comité asistencial?

Cuando le hago esta pregunta Conchi sonrie, y me contesta que ella lógicamente siempre aporta una visión social de las situaciones que se ponen sobre la mesa para su estudio, pues por lo general se habla en términos clínicos. Los profesionales que componen el comité son en su mayoría personal sanitario (aunque también no sanitario), por tanto se obvia un poco la perspectiva social que se desprende de las casuísticas presentadas, y que también inciden directamente en la calidad de vida de las personas.

– ¿Cómo funciona el comité?

El Comité lo componen 20 miembros, todos ellos profesionales del Hospital Torrecardenas, Distrito de Atención Primaria de Almería, Centro de transfusión de sangre y Centro de alta resolución “El Toyo”, y el miembro “lego” que es el representante de la ciudadanía.
Cuando llega una demanda, que puede ser por parte de la ciudadanía, de cualquier profesional o de la gerencia, se valora, se delibera y se elabora un informe no vinculante en base a los cuatro principios de la bioética:

  • Autonomía.
  • Beneficencia.
  • No maleficencia.
  • Justicia.

Además, el comité puede solicitar asesoramiento a otros profesionales o personas expertas, cuando el caso lo requiera.

– ¿Qué metodología utilizáis para trabajar los casos?

El método deliberativo, cuyos principales pasos o fases son:
A) Deliberación sobre los hechos.
1. Presentación del caso
2. Aclaración de los hechos clínicos
B) Deliberación sobre los valores
1. Identificación de los problemas morales implicados.
2. Identificación del problema moral fundamental
3. Identificación de los valores en conflicto
C) Deliberación sobre los deberes
1. Identificación de los cursos de acción extremos
2. Identificación de los cursos de acción intermedios
3. Identificación del curso óptimo de acción
D) Deliberación sobre las responsabilidades finales
1. Decisión final
2. Pruebas a las que sometemos el resultado: tiempo, publicidad y legalidad
El dictámen final queda recogido documentalmente en un informe, que se remite a la persona que formaliza la demanda al comité.

– ¿Quién suele presentar más demandas al comité?

Las demandas que se reciben suelen provenir del personal facultativo. Esta es una realidad innegable que refleja el desarrollo de la ética en el campo clínico. Por el momento no se ha recibido ninguna demanda por parte de un profesional del trabajo social.
Un aspecto que ha llamado especialmente la atención de Conchi es que se ha recibido alguna demanda por parte de los ciudadanos sobre alguna cuestión relacionada con tratamientos y atención médica. Este aspecto es importante en la medida en que refleja un pequeño cambio en la visión que se tiene de este tipo de instrumentos de cara a la sociedad.

– ¿Puedes poner algún ejemplo sobre algún caso que se os ha presentado en el comité?

Toda la información que se trabaja en el comité es confidencial aunque sus informes se someten a las pruebas del tiempo, publicidad y legalidad.

-¿Te enfrentas a dilemas en tu propio trabajo diario como trabajadora social?

Bueno, la verdad es que se me han planteado dilemas como a cualquier profesional, pero al pertenecer a un comité de ética he notado que me paro un poco más a reflexionar las cosas. Las observo, me hago preguntas sobre los posibles cursos o caminos de acción a la hora de tomar una decisión. Me cuestiono mi propia perspectiva y posicionamiento profesional a la hora de enfocar muchos casos.
“Cuando una persona acude a verme, yo me pongo en posición de ver lo que quiere esa persona, y no sólo me baso en mi propio juicio sobre lo que considero está bien o mal desde un punto de vista técnico, sino que me abro a escuchar más a la persona, a acompañarla, a orientarla. Soy más consciente de que es la propia persona la que ha de tomar sus decisiones, no yo”.

– En cuanto a ética se refiere ¿Qué piensas tú que no estamos cubriendo actualmente en lo social?

Desde mi punto de vista se está perdiendo un poco el enfoque humano de la atención, en el sentido de que tenemos claros cuáles son los recursos, y cuáles son las necesidades, y de algún modo intentamos que las necesidades encajen en los recursos, o que los recursos encajen en las necesidades (…) y esta ecuación no siempre es posible, pues cuando se trabaja con personas no se puede entender el trabajo en función de fórmulas preestablecidas. Sin embargo, cuando a una persona la escuchas, la ayudas a contemplar la situación que está atravesando desde diferentes puntos de vista, más luego la acompañas en el proceso que ha de vivir, permites de algún modo que sea ella la que vaya enfocándose en la búsqueda de soluciones.

Una buena actitud de escucha y acogida a otra persona, es un aspecto fundamental de la relación de ayuda, y en muchas ocasiones nos sorprendemos descubriendo que la solución al problema nada tiene que ver con lo que habíamos pensado al inicio de la intervención. Cuando es la propia persona la que analiza y toma una decisión, porque de algún modo ha visto claro el curso de acción a seguir… el recurso a asignar pierde protagonismo y lo gana la fortaleza, autonomía y dignidad de la persona.

Gracias Conchi, por tu disponibilidad y apertura durante la entrevista.

*Entrevista realizada por Inmaculada Asensio Fernández el 16 de Febrero de 2016.

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