Cansada de escuchar hablar del buenismo como término relacionado con las políticas sociales inclusivas.
Últimamente vengo observando que cada vez se usa más el término buenismo para hacer referencia a las políticas sociales que tratan de erradicar la pobreza y la marginalidad, así como para ayudar a las personas que han tenido que huir de sus países de origen en busca de un futuro mejor… o al menos de un futuro.
Las personas que usan el apelativo buenismo tratan de criticar a aquellos ciudadanos y ciudadanas que luchan por visibilizar las injusticias sociales y piden políticas sociales más inclusivas y humanitarias con el resto de seres humanos.
Según la enciclopedia digital wikipedia, el buenismo surgió para definir la política llevada especialmente por parte de partidos y asociaciones de izquierda, así como ONGs y organizaciones de ayuda humanitaria, basada en el apoyo incondicional a los sectores sociales más desfavorecidos, a través de subsidios, subvenciones, políticas de discriminación positiva, etc. De hecho, esta publicación de acceso libre y gratuito, la wikipedia, afirma que es un término introducido por los sectores más conservadores de España.
Hay ideologías que consideran que es estúpido e irresponsable abrir el abanico de la protección social y sanitaria hacia las personas que no tienen ADN Made in Spain 100%, con denominación de origen como el aceite de oliva. Estas ideologías no se preguntan por el número de ciudadanos españoles que se ven forzados a emigrar -dentro y fuera de Europa- y que se benefician de las políticas de protección social de estos otros países. Para esto sólo hay oídos sordos.
España está dividida ideológicamente, y cada uno de los fragmentos que la conforman no son más que trozos de cristal estampado contra el suelo…, contra un suelo duro e inhumano, pero con denominación de origen.
Aceite de olvida, eso necesitamos. Aceite de olvida para olvidar el mayor genocio de la historia de la humanidad: aquí y ahora en el Cementerio del Mediterráneo.
Inmaculada Asensio Fernández.