
Estudié Trabajo Social en la Universidad de Granada, plan de estudios (1997-2000); sin embargo, solicité una beca Erasmus y durante el año 2001 finalicé estudios en la Universidad de Brighton, Reino Unido.
Durante la época universitaria, todos los caminos que se dibujan frente a ti están llenos de posibilidades y de fuerza: todo es posible. La ilusión es el motor que te hace caminar hacia la profesional que deseas ser, y el encuentro con una trabajadora social en ejercicio te parece algo extraordinario y muy valioso: esa persona representa lo que tú esperas para tu día de mañana.
Yo ahora estoy en mi día de mañana que soñé hace algo más de 20 años…, y me parece increíble que haya pasado todo este tiempo, cuando ahora se me antoja que ha sido un abrir y cerrar de ojos. El tiempo pasa sin darnos cuenta.
Ayer por la tarde visité la Universidad de Almería, con motivo de la conmemoración del Día Mundial del Trabajo Social, para disfrutar de una Conferencia del excelente académico Francisco Idareta, profesor de la Universidad Pública de Navarra. Su Conferencia ha versado sobre el deber y las virtudes de las y los profesionales del Trabajo Social, y me atrevería a asegurar que yo he sido la única persona asistente que ejerce activamente la profesión hoy día, el resto eran estudiantes de 2º y 3º de Grado en Trabajo Social.
Ha habido un momento, casi al final de la tarde, en el que he tomado la palabra para dar las gracias a Idareta por su magnífica exposición y he recordado en voz alta que llevo 18 años ejerciendo como Trabajadora Social; y me ha sucedido algo muy curioso, de repente me he visto ahí, sentada entre chicas y chicos jóvenes llenos de ganas de comerse el mundo y me he acordado de mi yo del pasado, de mi yo estudiante llena de ilusiones.
La verdad es que sigo emocionándome con el estudio de la disciplina del Trabajo Social y creo que soy bastante más activa de lo que muchas veces observo en mi entorno profesional cercano. Sin embargo, es cierto que he explorado muchos caminos, he vivido decepciones, también algunas injusticias, incluso a veces he sentido desgaste por las trabas que detecto como Trabajadora Social en interacción con otros perfiles profesionales en los equipos, ya que mi profesión aún tiene mucho que luchar para ser respetada en los ámbitos decisionales, pues todavía hay quién afirma que nos dedicamos a “arreglar paguicas”.
He viajado y vivido fuera de España, por tanto he comenzado varias veces, con nuevos proyectos e ilusiones. De hecho, tengo muchos textos escritos sobre todas estas experiencias que he atravesado, buenas, malas y regulares, aunque aún no me he atrevido a publicarlas, para no herir susceptibilidades, e incluso por consideración a terceros. Quiero decir con esto que “de todo llevo en la mochila”, la verdad.
Hoy se me acercaron un grupo de alumnas y me preguntaron: ¿llevas 18 años trabajando? Y contesté afirmativamente, a lo que me dijeron: “¡Wow, qué pasada!”. Y, ciertamente, es así como yo lo veía con los ojos de ese pasado estudiantil…, me parecía una pasada conocer Trabajadoras Sociales en activo.
- Qué bonito ha sido reconocerme en ellas, en esa mirada ávida de conocer y de ilusionarse con un futuro lleno de opciones profesionales.
- Qué bonito es sentir motivación por trabajar en lo que has elegido.
- Qué bonito es sentir tu vocación intacta, limpia de descalabros y de estrecheces.
Hoy he deseado ser como estas estudiantes, hoy he sentido que ellas me han refrescado sin darse cuenta, y creo que esto ha revitalizado todas mis raíces.
Agradecida y emocionada, como Lina Morgan.
Gracias.
Inmaculada Asensio Fernández.
Madre mía Inma, que grande que eres y que fuerza tienes. Me encanta leerte, entre otras cosas por lo bien que te expresas y el entusiasmo que transmites. Muchas gracias por compartir tus experiencias y continúa así. Un beso
Conchi, muchísimas gracias. Me habría encantado compartir el evento de Idareta contigo, La verdad es que no decepciona nunca a nadie, es un libro abierto de par en par. Te mando un súper abrazo, compañera.