
Imagen tomada de http://goo.gl/8EaaUZ
Es bien importante en la vida conocer donde tenemos los límites, sobre todo en lo que respecta a nuestra intimidad, nuestras relaciones con los demás y nuestras decisiones. Y cuando hablo de límites me refiero a aquello ante lo que no queremos ceder o por lo que no queremos pasar, esto es: esos valores propios con los que no queremos negociar.
Toda vez que cedes ante lo que no quieres, te sometes o incluso finges o aguantas una situación inadecuada durante un periodo de tiempo… te llenas de rabia y acabas experimentando una sensación de resentimiento que no mereces sufrir, y que te impide sentir la paz y el equilibrio normal de cada día. Y esto sucede porque de algún modo entras en deuda contigo.
Ames, quieras o desees lo mejor a las personas que te rodean (familiares, amigos, compañeros del trabajo, amores, amantes, vecinos…), si superas tus límites con cualquiera de estas personas, lo único que te quedará será el rechazo. Y probablemente durante un tiempo sea la única opción posible, hasta que puedas recuperarte nuevamente a ti mismo y continuar con tu vida.
La persona más importante de tu vida eres tú.
Pasado un tiempo y ya con la lección aprendida, es decir, siendo otra persona -no completamente nueva, pero sí completamente otra- podrás volver a mirar a esa persona de una manera tranquila, sin emociones negativas y sin reproches, pero esto va a depender del tiempo transcurrido desde el hecho que te ha llevado a alejarte, y de la afrenta recibida.
Lo mejor siempre: conocer tus límites en diferentes situaciones y poner atención en no rebasarlos. Quien te quiera o guste de tu compañia, que se acerque desde el conocimiento del ser que eres, y desde el respeto que implica no tratar cambiarte.
Si no quiero que seas como eres, o quiero que seas como yo deseo, lo mejor es que te deje continuar con tu vida y que me agarre con fuerza a la mía, que es la que ha de importarme sobre todas las cosas.
No obstante lo dicho, considero que el rechazo es una estación, pero nunca el destino. Lo mejor es guardar en nuestro corazón el mejor recuerdo posible de cada una de las personas con las que nos hemos cruzado en la vida. Cada persona hace lo que puede con las circunstancias que le han tocado en suerte.
La vida es hermosa para vivirla con respeto, libertad y goce… y no sólo los fines de semana, sino los máximos días del año.
Inmaculada Asensio Fernández.
Gracias Inma, por todas las reflexiones que nos aportas. Muchas de ellas, animan y reconfortan mi camino . Son palabras sabias de una persona en continuo crecimiento que se ocupa decompartir desde la generosidad a los demás, para que puedan ir superando sus miedos desde el autoconocimiento y el Amor. Muchos besos. Continua haciendo esta labor tan maravillosa que has emprendido.
Gracias a ti Rosa, por compartir tus impresiones conmigo. Un abrazo fuerte!