
Imagen tomada de: miaugatito.org
Hoy me apetece hablar sobre el diario de campo, un instrumento que permite la reconstrucción de hechos, conversaciones, situaciones y espacios físicos, cuyas anotaciones se utilizan para evaluar las actividades del día y para programar nuevas tareas y, como no, para poder diagnosticar. En las ciencias sociales se define al diario de campo como la libreta o cuaderno donde se anota, al finalizar la tarea, la relación de los hechos observados” (Sánchez, 2004). El diario de campo también es un instrumento que se utiliza para la investigación, ya que sirve para sistematizar la propia experiencia, de manera que permite registrar hechos y datos para su posterior interpretación y análisis de cara a extraer luego unos resultados.
Entre las muchas funciones que desempeñan los trabajadores sociales, una de las más importantes consiste en investigar problemas, necesidades y fenómenos de carácter social, en aras a intentar restablecer el orden en una situación problemática dada. Para ello hay que ser especialmente cautelosos en el tratamiento de la información que analizamos. Cuando estudiaba la carrera de trabajo social (97-2001) el profesorado siempre nos hablaba de la importancia de hacer uso del diario de campo, para describir de manera detallada la realidad social que estaba viviendo una persona o familia. Hasta que no comencé a trabajar como trabajadora social no me di cuenta de la importancia que tiene el manejo de este recurso, pues facilita la labor de traer al presente lo observado en el pasado (hace un rato, ayer, la semana pasada…) con el menor margen de error posible. Para Hogenboom (2013) la mente es una fábrica de recuerdos falsos, en el sentido de que todos creamos recuerdos imaginados, pues las pistas que pueden dirigir nuestros recuerdos en la dirección equivocada son sutiles, y no nos damos ni cuenta.
Podemos afirmar, por tanto, que de algún modo rellenamos los huecos vacíos (por falta de recuerdos) con información que nosotros mismos hemos creado, por inferencia o deducción, y salvo que nos cuestionemos o nos cuestionen la validez de todo lo que hemos reflejado o expresado en nuestras investigaciones o comunicaciones, somos ajenos a estos procesos naturales de la mente humana. Según expresa Sergio Della Sala -experto en neurociencia de la Universidad de Edimburgo- «los falsos recuerdos son subproductos de un sistema de memoria que funciona bien, que puede deducir muy rápido» Hogenboom (2013:1).
Es importante tomar nota sobre el resultado del trabajo realizado en una entrevista, sobre todo si es domiciliaria, donde la información no viene sólo a través del discurso de la persona o de su actitud, sino que el entorno proporciona -si cabe- aún más información. En el momento que las cosas suceden tenemos la creencia de que vamos a recordar todo con lujo de detalles, pero la realidad no es tan amable la mayor parte de las veces… lo que no recuerdas lo pones de tu cosecha.
Si te acostumbras a utilizar un diario de campo, además de ir cogiendo manejo en la observación (desarrollas tu capacidad de atención), te prepara para desarrollar un pensamiento más reflexivo, lo que facilita crecer, profesionalmente y como persona. Es importante, por tanto, que se den los dos movimientos: por un lado la observación (que será oportunamente registrada) y por el otro el análisis o reflexión de lo observado y percibido, de este modo es como se puede llegar a una conclusión más o menos certera (diagnóstico) y tomar mejores decisiones.
Hay una serie de apartados que vamos a recoger siempre:
1º Identificación del profesional en la primera página, indicando nombre y apellidos y el teléfono o email. Es recomendable dejar alguna anotación escrita por si pierdes el diario, solicitando por favor que si alguien lo encuentra te lo devuelva.
2º Si lo utilizas para entrevistas y/o visitas domiciliarias, identifica bien a la persona o familia en cuestión que vas a visitar, antes del encuentro. Si es posible haz algún resúmen sobre el caso, si has tenido que realizar previamente alguna gestión (documental, coordinación con otros profesionales, etc). Esta información es bueno tenerla a mano durante el transcurso de la visita, para no olvidar nada.
3º Si hay alguna cuestión importante que abordar en la entrevista, o algún dato relevante a recoger, anótalo previo a la entrevista, para que no se olvide.
4º Durante la entrevista has de sostener la mirada de quién te está hablando, de manera que no puedes estar todo el tiempo mirando tu diario y escribiendo. De este modo puedes tomar alguna nota suelta que consideres importante, para no olvidarla, y justo tras la entrevista la retomarás de inmediato para desarrollarla.
5º Cuando termines la entrevista, toma tu diario y anota todos los asuntos abordados, haciendo especial hincapié en los datos de relevancia para el caso. Cuanto más tardes en escribir todo esto,más margen de error podrás encontrar.
6º Toda esta información recogida será fruto de análisis y serán tus pruebas para deducir o inferir, y tomar decisiones. Imagina cuán importante es respetar este apartado de manera fiel.
No olvides que tu diario de campo es un instrumento en el que se pueden registrar datos de carácter personal, de este modo nos vamos a asegurar de guardar bien la confidencialidad de todo lo escrito, para lo cual vamos a limitar el acceso a nuestro diario al resto de personas. La confidencialidad no es una opción, es una decisión responsable y respetuosa con el medio.
Referencias:
- Hogenboom, M. (2013): «La mente, una fábrica de recuerdos falsos». BBC Mundo. Recuperado de: goo.gl/ayH3dj A fecha 25/08/2016.
- Sánchez, M. (2004): Manual de trabajo social. Universidad Nacional Autónoma de México. Recuperado de: goo.gl/PxoSnG A fecha 25/08/2016.
Inmaculada Asensio Fernández
Muy buen aporte justo estoy empezando mis prácticas pre profesionales y sé que es muy importante el uso del diario de campo para plasmar lo observado de las visitas domiciliarias o entrevistas para con ello sacar un diagnóstico e intervenir de manera adecuada. Gracias