Inmaculada Asensio Fernández recibe la insignia de oro de la profesión de Trabajo Social en Almería

Inmaculada Asensio y Conchi Zurita (Presidenta del Colegio Oficial de Trabajo Social de Almería)

El Colegio Oficial de Trabajo Social de Almería ha otorgado la insignia de Oro de la profesión a una de sus personas colegiadas, con más de 20 años de trayectoria profesional en la provincia de Almería.

La concesión de la Insignia de Oro se ha basado en un meticuloso análisis de la trayectoria profesional de varias de sus colegiadas, incluyendo su contribución al desarrollo académico del Trabajo Social, mediante la publicación de artículos en revistas científicas de prestigio, y la colaboración en obras colectivas.

También se ha valorado la participación en proyectos de investigación, tanto a nivel nacional como internacional, fomentando el intercambio de conocimientos y buenas prácticas entre profesionales de diferentes países.

En el caso concreto de Inmaculada Asensio, también se ha valorado su trabajo en la elaboración de la Estrategia de Ética de los Servicios Sociales de Andalucía, que ha establecido un marco de referencia para la actuación ética en el Sistema Público de Servicios Sociales de Andalucía, reforzando la importancia de los principios éticos en la toma de decisiones y en la intervención social.

La divulgación online del Trabajo Social ha sido otro de los campos en los que ha destacado, utilizando las plataformas digitales para acercar el Trabajo Social a la sociedad, aumentar la conciencia sobre su importancia y denunciar situaciones y prácticas injustas con el objeto de luchar por la justicia social. Así mismo, se ha valorado su impacto en los medios de comunicación para elevar el perfil del Trabajo Social, denunciando situaciones de desvalorización profesional en el ámbito de las adicciones, y destacando el papel del Trabajo Social en la atención a las necesidades sociales y en la promoción del bienestar comunitario.

Por último, también se ha valorado la capacidad de la profesional para inspirar a otras personas en su camino profesional, con un compromiso inquebrantable en la defensa de los valores del Trabajo Social. Este reconocimiento subraya el impacto positivo que los trabajadores sociales pueden tener en la sociedad, abogando por la justicia social, el bienestar y la inclusión social.

A continuación, se comparten las palabras de agradecimiento compartidas por Inmaculada Asensio Fernández en el momento de la entrega de la insignia de oro.

Buenas tardes, compañeras:
Hoy me encuentro ante todas vosotras, no solo como trabajadora social, sino como un testimonio vivo de que el esfuerzo, la pasión y la fortaleza (también lo llaman resiliencia) pueden transformar realidades.
Quiero agradecer en primer lugar a la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Trabajo Social que me haya propuesto para recibir esta insignia. Me siento muy agradecida, y quiero transmitir que sé que muchas de vosotras también la merecéis, vamos a decir que la mayoría, de manera que podríais estar perfectamente en mi lugar.

Recibir esta insignia de oro del Colegio Oficial de Trabajo Social de mi ciudad es un honor que trasciende lo profesional y abarca gran parte de mi mundo. Le da sentido a muchas vivencias de mi pasado, de mi presente y de lo que está por venir; pues, quién me conoce, sabe que mi profesión ha supuesto para mi un pilar importante en la vida.

Con todo el orgullo que representa recibir una insignia como esta, me veo en la obligación moral de recordar que el Trabajo Social es una profesión que enfrenta varias luchas…, voy a mencionar tres.

Por un lado, tiene encomendada la labor de promover la justicia social y la calidad de vida de las personas que atiende, ese buen vivir que está en el imaginario colectivo de muchas de nosotras. Sin embargo, por otro lado, se ve abocada a tratar de cumplir esta misión en un escenario de constantes recortes en gasto social, lo que posterga el cumplimiento de sus fines, y la sume, muchas veces, en el amargo sabor de la decepción, desde ese mantra que nos recuerda que el Sistema no funciona y que deja a muchas personas en los márgenes del buen vivir.

Luego, el Trabajo Social se desempeña como pez en el agua en el entorno de los servicios sociales, pero cuando extiende su brazo de intervención a otros ámbitos, como por ejemplo el sanitario o socio-sanitario, se encuentra con algunas barreras que le impiden florecer en convivencia con otros perfiles profesionales enmarcados en modelos biologicistas o biomédicos, e incluso bio-psicológicos…, por considerar que la centralidad de la intervención hacia el cambio se produce desde la intervención de otras disciplinas (yo lo he padecido en el tratamiento de las adicciones). Trabajar para erradicar la desigualdad nos suele situar, como profesión, en los márgenes de estos escenarios que tienen la coletilla de “sanitarios”, con o sin el “socio”, (y no me refiero al término con el que la chavalería se saluda en Almería), sino al sanitario, o socio-sanitario.

En tercer lugar, me veo obligada a hacer mención al entorno de la Educación, en la que el Trabajo Social está quedando absolutamente desdibujado y excluido del Sistema Educativo. “Para tratar los problemas sociales del alumnado y sus familias, ya están los servicios sociales, me dijo este año la responsable de un EOE en Almería capital, tampoco se trata de duplicar esfuerzos y recursos, prosiguió. Aquí lo que prima es la figura del orientador”.

Hala, al cajón desastre de los servicios sociales… otra cosa más (me dije yo) . Y las que conocemos los servicios sociales, sabemos que andan como pollo sin cabeza, con una presión asistencial que no es de recibo… y que no se inmiscuye en los entresijos del entorno educativo, pues no se desenvuelven en ese espacio.

Es curioso, las personas que trabajamos con la infancia y la adolescencia, sabemos que los centros educativos son como una segunda familia en lo que ha bienestar y adecuado desarrollo se refiere (también lo contrario), y que este entorno se debe tratar como tal, motivo de más para no permitir que fabulen con la idea de que los servicios sociales pueden implicarse en sus reglas y dinámicas. Hay mucho desconocimiento y desidia.

En Almería había 3 trabajadoras sociales en los EOEs: Mónsul, Urci y Alcazaba, y ya sólo quedan dos, pues han desdotado la plaza de la querida colega Luisa, jubilada en febrero del año pasado. Pero lo peor no es eso, sino que de las dos plazas que quedan, abrazadas al diminuto iceberg que las mantiene a flote a pleno sol, la plaza del EOE Mónsul está en extinción, dentro de la RPT. De manera que, cuando se jubile la querida colega que la ocupa, será otro barco hundido en el mar, y quedará sólo una.

Habrá que sacar la espada de esgrima para no perderla.

Ojo, no quiero cargar de negatividad mis palabras, hoy es un día para celebrar el Día internacional del Trabajo Social, y, en mi caso, para dejarme abrazar por mis queridas y queridos compañeros de lucha. Pero, las personas que no hemos tenido una vida marcada por la holgura de facilidades (en mi caso soy la tercera de 5 hermanos, todos con gafas, de manera que si por casualidad a dos de nosotras se nos rompían a la vez, se abría un turno de lista de espera… Desde jovencita supe que la vara para medir el bienestar, no era igual para todas las personas.

No obstante, debo dar gracias a mi familia por apoyarme a realizar mis estudios en Granada, desde año 97 al 2000, para convertirme en la trabajadora social que a lo largo de los años ha ido tejiendo las alas que hoy la sostienen frente a todas vosotras.

Quiero dedicar este reconocimiento a todas las personas que, de una forma u otra, han sido parte de mi trayectoria.

A mi madre por su amor y su cariño incondicional, sin ella no tendría la capacidad de reparar los emvites de la vida.

A mi padre, por confiar siempre en mis capacidades e impulsarme a superarme.

A mis hermanas, por enseñarme el valor de la alta tolerancia a la frustración… con las primeras personas con las que he tenido que aprender a compartir, o a renunciar, ha sido con ellas.

Hoy me acompañan mi pareja y padre de mi hijo, Alfonso. Le doy las gracias por el maravilloso hijo que tenemos: Ander, y por trabajar esforzadamente para mejorar nuestra vida cada día.

También me acompaña mi querida hermana Encarnación, se llama como mi madre. Admiro su tesón y perseverancia para enfrentar las adversidades, y me siento súper orgullosa de que está en el último año de la carrera de Trabajo Social… en pleno proceso de prácticas y de elaboración del TFG. Nunca hubiera imaginado que compartiríamos, además de nuestro cariño y complicidad, esta carrera profesional tan apasionante. Por favor, dadle a ella el mismo cariño y aprecio que me habéis dado a mi. De veras se lo merece por todo su esfuerzo, en medio de alguna que otra tormenta. Ella puede con todo, para mi es un ejemplo a seguir.

Para finalizar, gracias a la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Trabajo Social de Almería. A cada una de las personas que la componen. Vuestra generosidad y trabajo por la colegiatura sirve de estimulo para mi, y para todas.

Sabed que este reconocimiento estará en mi corazón para siempre.

Sigamos adelante, juntas, construyendo puentes, abriendo caminos y transformando vidas.

Muchísimas gracias.

Belén Navarro e Inmaculada Asensio, durante el acto conmemorativo.

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