Fortalecer la Red, Fortalecer el Futuro: No al Desvanecimiento del Trabajo Social en el Sistema Educativo.

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Dice el articulo 9 de la ORDEN de 23 de julio de 2003, por la que se regulan determinados aspectos sobre la organización y el funcionamiento de los Equipos de Orientación Educativa, en su apartado número 6, que «Los trabajadores y trabajadoras sociales desarrollarán acciones de intervención socio-educativa con el alumnado que presenta problemas o dificultades de integración escolar y/o social, aportarán información sobre las características del entorno, los recursos educativos, culturales, sanitarios y socioeconómicos, y las vías adecuadas para su utilización; promoverán la integración de las familias y del entorno en las actividades de los centros y colaborarán con otros servicios educativos, sociales y de la salud del entorno para la atención a la infancia y a la adolescencia. Colaborarán en la realización de la evaluación psicopedagógica con las aportaciones de carácter social que sean relevantes en la toma de decisiones del proceso escolar que lo requiera«.

Pero, si el Trabajo Social está en peligro de extinción en Educación, ¿Quién está asumiendo esas competencias que la normativa atribuye a esta figura profesional?

A continuación, se detallan las funciones concretas que se desprenden de esta normativa:

Intervención Socio-educativa: Las trabajadoras y los trabajadores sociales están llamados a desarrollar programas y acciones dirigidas a alumnos que enfrentan problemas o dificultades de integración escolar y/o social. Esto puede incluir talleres, sesiones de apoyo individualizado, programas de habilidades sociales, etc.

Aportación de Información sobre el Entorno: Deben recopilar y proporcionar datos relevantes sobre las características del entorno donde se ubica el centro educativo, incluyendo los recursos educativos, culturales, sanitarios y socioeconómicos disponibles; así como, orientar sobre cómo acceder y utilizar estos recursos de manera efectiva.

Promoción de la Integración de las Familias y del Entorno: Trabajan para fomentar la participación activa de las familias y la comunidad en las actividades del centro educativo, buscando una mayor implicación y colaboración en el proceso educativo del estudiantado.

Coordinación y colaboración con otros servicios: Establecen vínculos de coordinación y colaboración estrecha con otros servicios educativos, sociales y de salud presentes en la comunidad, para garantizar una atención integral a la infancia y adolescencia. Esto implica trabajar en red con otros profesionales para abordar las necesidades del estudiantado de manera holística.

Participación en la evaluación psicopedagógica: Contribuyen al proceso de evaluación psicopedagógica aportando una perspectiva social que es crucial para entender el contexto del alumnado. Sus aportaciones son relevantes en la toma de decisiones respecto al proceso escolar, especialmente cuando se requieren adaptaciones o intervenciones específicas.

Estas funciones básicas reflejan la importancia del trabajo social dentro del contexto educativo, no solo en la atención directa a los estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE), o necesidades especiales de integración (NEI), sino también en la creación de puentes entre la escuela, la familia y toda la comunidad, por tanto, en la coordinación con otros servicios para asegurar una respuesta educativa y social coherente y efectiva. El trabajo social, desde esta perspectiva, se convierte en un eje fundamental para el desarrollo de una educación inclusiva y adaptada a las necesidades de todos los estudiantes.

Profundizando en la labor del Trabajo Social en el ámbito educativo, vamos a explorar un abanico más amplio de áreas clave en las que esta profesión aporta su expertise dentro de los EOE:

Detección y seguimiento de casos: Identifican a estudiantes que puedan estar en situación de riesgo o vulnerabilidad debido a factores familiares, económicos, sociales o personales. Realizan un seguimiento cercano de estos casos para asegurar que reciben el apoyo necesario.

Mediación escolar y familiar: Actúan como mediadores en situaciones de conflicto que puedan surgir entre el alumnado, entre estudiantes y profesores, o entre la escuela y las familias, buscando siempre soluciones constructivas y respetuosas para todas las partes involucradas.

Promoción de la igualdad y la inclusión: Trabajan activamente en la promoción de políticas y prácticas que aseguren la igualdad de oportunidades para todas las personas estudiantes, independientemente de su origen, capacidad o situación socioeconómica, y fomentan un ambiente escolar inclusivo y respetuoso con la diversidad.

Prevención del abandono escolar: Desarrollan e implementan estrategias y programas destinados a prevenir el abandono escolar temprano, trabajando no solo con el alumnado en riesgo, sino también con sus familias y el equipo educativo para abordar las causas subyacentes.

Prevención ante situaciones de acoso escolar o bullying: Educar y sensibilizar a la comunidad educativa sobre la importancia del respeto, la empatía y la diversidad, a través de programas dirigidos a estudiantes, profesores y familias. Se promueve un clima escolar positivo, fomentando la inclusión y la tolerancia, y se implementan estrategias como la mediación escolar para prevenir conflictos. A su vez, colabora para desarrollar y comunicar políticas claras contra el bullying, definiendo claramente qué comportamientos constituyen bullying y las consecuencias de estos actos. El Trabajo Social también puede involucrarse en la realización de talleres educativos dirigidos al alumnado, para promover la cultura de la paz y las relaciones positivas, y para ayudar a todo el grupo a desarrollar estrategias para prevenir el bullying, a través de la concienciación y la educación en valores.

Actuación e intervención directa en situaciones de acoso escolar o bullying: Cuando se identifica una situación de acoso, actúa evaluando la dinámica del conflicto y ofreciendo apoyo inmediato a la víctima para su recuperación emocional y psicosocial. Se interviene con la parte acosadora, para entender y modificar el comportamiento de bullying, utilizando estrategias que incluyen la educación en valores y, si es necesario, la intervención individualizada con el alumno o alumna y su familia. Finalmente, se realiza un seguimiento continuo para asegurar la no repetición del acoso, evaluando el bienestar de la víctima y el cambio en el comportamiento del agresor.

Formación y sensibilización: Imparten formación y sensibilización a la comunidad educativa (incluyendo profesorado, familias y alumnado) sobre temas sociales relevantes que afectan al entorno escolar, como pueden ser la desigualdad, la precariedad económica, la discriminación, el acoso escolar, entre otros.

Gestión de recursos y ayudas: Orientan y asisten a las familias y al alumnado en la gestión de recursos y ayudas sociales disponibles, tanto dentro como fuera del ámbito educativo (en coordinación con los servicios sociales municipales o con otros sistemas de protección social), para mejorar su situación socioeconómica y bienestar general.

Apoyo en situaciones de crisis: Proporcionan apoyo emocional y práctico a estudiantes y familias en situaciones de crisis, como pueden ser enfermedades graves, fallecimientos, desastres naturales, entre otros, asegurando una respuesta rápida y coordinada con otros servicios de apoyo, procurando la normalización de la situación del alumnado.

Desarrollo de habilidades para la vida: Fomentan el desarrollo de habilidades sociales, emocionales y de vida en el alumnado, preparándolos, no solo para el éxito académico, sino también para afrontar de manera positiva los desafíos de la vida cotidiana.

Intervención directa en situaciones de violencia de género y embarazos no deseados: Las y los trabajadores sociales intervienen directamente cuando hay indicios o sospechas de violencia de género entre la población estudiantil, colaborando estrechamente con el centro educativo y las familias para encontrar soluciones adecuadas. Esta intervención se realiza siempre en coordinación con los recursos de apoyo específicos para mujeres afectadas por estas situaciones. De manera similar, actúan en casos de embarazo no deseado, priorizando el bienestar de la estudiante implicada y su familia. Proporcionan información esencial y orientación sobre cómo acceder a los servicios de salud pertinentes, siguiendo los protocolos establecidos para estos casos. El trabajador social sirve como un puente de coordinación entre todas las partes involucradas, asegurando una comunicación fluida y ofreciendo orientación inicial antes de la intervención del personal sanitario, desde el momento en que se inicia la consulta médica.

La labor de los trabajadores sociales en los EOE es, por tanto, multifacética y esencial para garantizar que el sistema educativo no solo atienda las necesidades académicas de los estudiantes, sino también sus necesidades sociales y emocionales, contribuyendo así a su bienestar integral y al desarrollo de una sociedad más justa e inclusiva.

¿Quién está asumiendo estas competencias propias del Trabajo Social actualmente en el ámbito educativo? Esta es una muy buena pregunta, si tomamos en cuenta que se está expulsando a esta profesión del Sistema de Educación.

El ENTORNO EDUCATIVO es otra gran familia para la infancia y la adolescencia, y el Trabajo Social es muy necesario.

Es necesario poner atención en las políticas de invisibilización del Trabajo Social en Educación, al menos en Andalucía, ya que es una profesión en peligro de extinción (en la provincia de Almería sólo quedan dos profesionales del Trabajo Social en los EOE).

Inmaculada Asensio Fernández.