
Imagen tomada de: http://www.otraspoliticas.com
Comparto un breve fragmento de un artículo titulado “Personas con Trastorno Mental Grave que viven en una residencia de la tercera edad: un visión global”. Recoge una investigación cualitativa para dar a conocer, entre otros, la percepción que tienen las personas con Trastorno Mental Grave (todas menores de 65 años) sobre su calidad de vida en una residencia de mayores. Su lectura nos puede ayudar a reflexionar sobre el principio ético de la autonomía de las personas y su derecho a decidir:
La mayoría de los ingresos de estas personas se hace por parte de los familiares que les tienen a cargo: “yo no lo decidí […] todo eso lo ha llevado mi hermana” (D4) o por orden del médico: “el psiquiatra que me llevaba a mi fue el que me preparó para venir aquí” (D1); “el médico me lo mandó” (D3). Incluso a veces, sin informar a la propia persona o consultarlo con ella. “Me dijeron un día: “vamos que te enseño un sitio” y me dijeron: “¿quieres quedarte aquí?” Yo acababa de bajar del coche y dije sí, pero no sabía ni dónde venía ni conocía esto ni nada (D8).
He trabajado muchos años en residencias de mayores y es muy triste ver que se permita que una persona menor de 65 años con trastorno mental (en ocasiones, no llegan ni a los 40 años) permanezca en ella. Rodeada de gente con la que no tiene nada que ver, compartiendo habitación con personas encamadas, con unas actividades que para nada persiguen los objetivos que su patología y su edad requieren. Les ves convertirse poco a poco en cuidadores informales sin poder hacer nada al respecto.
Es bastante triste, e injusto. Además, una residencia de mayores de hoy tiene un perfil de personas en situación de Gran Dependencia, no como hace años que había personas válidas (desde el punto de vista de la autonomía para las ABVD). Me alegra pensar que -al menos- las personas que trabajan en estas residencias son conscientes de que ese no es el lugar adecuado, y que una persona tiene derecho a llevar a cabo su propio proyecto de vida, nos guste más o menos a los y las profesionales. Gracias por tu comentario, un abrazo.